miércoles, 10 de marzo de 2010
A falta de un cromo para la colección de cambios.
Y el cielo cambió de color, con ese negro de rabia llorona, y el viento frío sopló desde no se sabe qué pulmones no menos cabreados; mientras todo se cubría de agua y nieve, aún temiendo que a la tierra le diera por temblar.
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