1.- Brillos lésbicos:
- “¿Cuándo volverás a lamerme toda?”
- “No llegarás ni a echarme de menos. Si esperas unos segundos barnizaré de nuevo todos los granos de tu piel”.
Dijo la insistente Ola a la insaciable Orilla.
2.- Pon oído:
Sin sol como testigo, se puede escuchar la suave respiración de sueño placentero que emite la arena de la playa, penetrada otro día más por cientos de sombrillas duras, profundas y rígidas.
3.- Negro compás de espera:
La luna presumida se mira en el oscuro espejo del agua nocturna, la brisa adormilada no cesa de animar a olas y orilla en sus húmedos contactos. Mientras, la ahora fría arena continúa su placentero sueño, a la espera de un nuevo día pleno de amantes de colores con miembros monocolor; el blanco.
4.- Como lapas:
Gracias a la forma del cuerpo en negativo, toalla sobre esterilla se aman bajo el sol en un acople perfecto. Zonas a modo de manchas, mojadas y saladas, serán el resultado de tanto amor bajo presión.
5.- Cuestión de gustos:
Sillas, hamacas y tumbonas abrazan por detrás las espaldas confiadas. Si te puedes volver boca abajo, no dejes de abrazarlas tú a ellas también; lo están esperando.
6.- Tres contra uno:
El protector bronceador y el respetable sol compiten con el agua salada por acariciar los cuerpos -semi- desnudos.
7.- Cuestión de moda:
- “El bañador será más elegante, pero gracias a mi exhibicionismo el bikini es sexy”.
Se pavoneaba el moreno ombligo al final de verano.
8.- Con los cuatro sentidos:
La autopsia confirmó a los padres de Jonatan la causa de su muerte por ahogamiento en el mar, pero además les reveló que tenía malformación congénita de ambos caracoles.
(Alusivo a la canción más friki del verano)
9.- Uno escatológico:
- “¡No serás capaz!”. Dijo ella. Justo las palabras clave para envalentonarlo cuando ya no podía aguantar más. Así que hizo un hueco en la arena con el pie y sentado desde la hamaca de playa, apuntó en el centro con su manguera de serie.
- “¡Hace espumita!”. Pudo articular ella entre risas.
- “Sí, lo mismo que tú antes en el agua hacías burbujitas”.
10.- Aprendiendo lenguas en la playa:
- “¿Qué lengua habla ese hombre de la sombrilla de al lado? ¿Catalán, valenciano o mallorquín?”.
- “Muy fácil, es catalán; pero también es tartamudo”.
11.- Mediterráneo:
El acantilado recorta el mar en sereno contacto. No hay olas, no hay espuma, no suena, no huele a mar. Sólo cuando pasa un pequeño barco provoca ligeras ondulaciones que terminan en tímidos besos.
12.- Don de gentes:
- “¿Quién dijo que hace falta tener buena labia para que el gran público te quiera?
Preguntó la repleta playa.
13.- Ojos que no ven:
El alcalde del pueblecito costero no consiguió su reelección en el cargo, después de la desafortunada idea de instalar grandes espejos junto a las duchas de la playa.
Ha decidido, para el verano que viene, instalar por su cuenta kioscos de zumos adelgazantes.
14.- Dura de corazón:
Por más que pasees a lo largo de la arena blanda en la playa, jamás conseguirás dejar huella en ella.