jueves, 11 de noviembre de 2010

Carmen. Los mitos nunca mueren...



... y algunos toman más vida en cada representación,
como ocurre con...

"Carmen"

Estatua de Carmen en el Paseo Marqués de Contadero en Sevilla.

de

Prosper Merimée



El próximo día

18 de noviembre

estrena su nueva versión la


Compañía de Teatro Clásico de Sevilla



Fiel a los ejes principales del texto original,
esta vez prometen sorprendernos con una visión más actual,
aunque "Carmen" es ya de máxima actualidad como:
mujer que defiende su libertad
en un mundo que sigue siendo machista,
con las mismas trágicas consecuencias.


Carmen: María José Castañeda.

José: Jorge Lora.

Dirección: Alfonso Zurro.
Dramaturgia: Antonio Álamo.
Escenografía: Curt Allen.
Vestuario: Antonio Zanonni.
Iluminación: Florencio Ortiz.
Música: Jasio Velasco.
Coreografía: Pilar Pérez.
Producción: Juan Motilla y Noelia Diez.

Elenco.



INSTANTÁNEAS DE LA OBRA.








CARMEN sale de GIRA
Carmen sale de gira.

(pinchar en los enlaces para información detallada)


viernes, 22 de octubre de 2010

Porque tu nombre lo vale.


Esta semana se está celebrando la semana “Moda de Sevilla” en su ya VI edición, que viene a ser como la prima de provincias de la “Cibeles Fashion Week”, y menos mal que no la han llamado “Giralda Fashion Week”, que hubiera sido otro cóctel de vocablos en inglés on the rock; por aquello de la piedra monumental, no por el hielo.

En un par de ocasiones he podido dar una vuelta por allí, y comprobar que después de seis años aún no acaba de despegar este proyecto de pasarela internacional; por descontado que un muy ambicioso proyecto.
Le echaremos la culpa a la ya manida “cosa”, porque ya sabemos que “la cosa está mu mala”.

Pero dejando a un lado el momento que vivimos, donde todo lo superficial se ha convertido en algo más que un lujo banal, con este tipo de muestras me surgen un batallón de preguntas, preguntas como: ¿qué se vende en el mundo de la moda?, ¿a qué aspira un joven diseñador?, ¿a dar rienda suelta a su creatividad y que ésta sea valorada y muy bien vendida?, o por el contrario el fin último es conseguir prestigio no de la obra en sí, sino más bien del nombre mismo, de unas siglas, o de un logo identificativo…

Porque a todo esto hay que añadir que, también esta misma semana, ha surgido la noticia del nuevo vestuario del equipo de fútbol del Real Madrid, con una nueva sastrería de la categoría de Pedro del Hierro.
Y ahora viene la gran pregunta: ¿dónde está Pedro del Hierro?, cuando las últimas noticias hablan de palabras tan poco fashion como: desahucios y albergue municipal para indigentes.
Parece que al final sólo queda de él una “P” y una “H” con una “d” pequeñita en medio.


lunes, 18 de octubre de 2010

Una historia real, como la vida (y la muerte) misma.


La última voluntad del patriarca era clara:
“Que sus cenizas fueran esparcidas en la Bahía de Cádiz desde el puente Carranza”.

En principio no parecía algo muy complicado por la distancia cercana a Sevilla, pero aún así tan sólo uno de los hijos fue el único que se ofreció a cumplir el deseo del difunto. De tal modo que a la mañana siguiente cogió la urna funeraria, y en compañía de su esposa, se encaminaron hacia la ciudad vecina.

Al llegar allí paró el coche en la parte más alta del puente, se bajaron y se dispusieron a realizar el acto de despedida; cuando de repente todo empezó a torcerse.
El tarro que no quería abrirse, y la megafonía del puente que empezó a llamarles la atención:
“Está prohibido parar en el puente, hagan el favor de continuar la marcha”.
Estaba claro que con los nervios del momento, las manos sudorosas, y la presión del que vociferaba por los altavoces, lo mejor era desistir del intento.

Era un intento fallido, sin embargo el voluntarioso hijo no iba a claudicar a la primera.

Ya fuera del puente, estacionaron el coche y trataron de nuevo abrir la tapa metálica que se les resistía. Pero aquello era imposible que cediera, habría hecho vacío con el calor, o se habría pegado con algún residuo, o ¡vaya usted a saber!

Desde luego no podían perder la calma, y pensaron una solución: buscar una ferretería en Cádiz, comprar un buen punzón, y agujerear con él la tapa para poder tirar las cenizas con urna incluida, con idea que se hundiera en el mar al llenarse de agua por los orificios.

El hacer los taladros fue físicamente fácil, pero a la mujer no se ocurrió más que decir:
“Es para verte, apuñalando a tu padre después de muerto”.
Y los dos empezaron a reírse, con esa risa nerviosa que acaba en lágrimas, más cercanas a la tristeza que otra cosa en tales circunstancias.

Ya con aquel “salero” gigante listo para ser lanzado, volvieron al puente, aunque esta vez desde más abajo, donde no estaba prohibido parar el coche. Ambos dijeron unas palabras de despedida antes de tirarlo al mar lo más lejos posible, y se quedaron a ver cómo desaparecía.
Pero aquello no se hundía, cabeceaba y cabeceaba como una extraña boya, y los boquetes del colador artesano que no dejaban de mirar al cielo sin permitir que entrara el agua, mientras se alejaba y se alejaba con el vaivén de las olas bailonas…
“¡Mi padre! ¡Que se me escapa! ¡Ayúdame a hundirlo Mari!”

A pedrada limpia. Ese fue el último adiós antes de dejarlo aparecer flotando por las Américas, cuando su última voluntad era descansar en la Bahía gaditana.
Deseo cumplido, sí señor.


domingo, 10 de octubre de 2010

Sábanas fuera.



Durante todo este tiempo pasado ha podido parecer que teníamos aquí una fiesta privada, privada y exclusiva, sin cuya invitación era imposible entrar.

Nada más lejos de la realidad, la dura realidad, porque la auténtica realidad es que esto ha estado cerrado sin más, sin música ni cócteles, sin risas ni canapés... solo, sin nadie; pero con todos los muebles tapados con sábanas para evitar que el polvo se colara.
Qué tontería cuando al final todo se vuelve polvo, porque somos sólo eso: polvo.

Esas sábanas ya han cumplido su auténtico cometido, como es enjugar muchas lágrimas saladas o vestir al querido difunto, y creo que ya va siendo hora de quitarlas para seguir adelante.

El día de hoy también ha influido para volver, el 10-10-10.
Pensar que podremos ver los once y los doce, pero imposible que vivamos la siguiente fecha mágica: 01-01-01.
Y es que estamos por aquí cuatro ratos, y no nos queremos enterar hasta que algo nos sucede. Luego, cuando pase más tiempo se olvidará, y un nuevo golpe nos hará caer otra vez en la cuenta. Y así vamos.

domingo, 4 de julio de 2010

... y esto es to, esto es to, esto es to...


¡ esto es todo amigos !!!

Abrimos un gran

(

que cerraremos a la vuelta de vacaciones.

Mientras tanto,
meteremos entre esos dos paréntesis
gran cantidad de ricas
chocolatinas crujientes;
o todas las que podamos y nos dejen.


viernes, 18 de junio de 2010

Urge Traspaso Blog.


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Sintiéndolo mucho, por no poder atender debido a inminentes vacaciones largas y lejanas. Ideal para personas solitarias o con pocas relaciones sociales, al aportar una inmejorable compañía. Tiene dos años y medio, con buen aspecto, aunque de clase indefinida. Muy buena educación en el trato con la gente, sin ningún tipo de problema. También responde al nombre de: “Bloggy”; y muy agradecido, siempre mueve su colita.

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Porque dicen que "lo importante es participar", aquí va mi doble participación en:

"Concurso de relatos sobre anuncios clasificados de tablondeanuncios.com"

El jurado tendrá en cuenta el número de comentarios.
¡NO te vayas sin decir algo!
Aquí o/y aquí.

domingo, 13 de junio de 2010

Por encono.


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Vendo rosario de señora mayor. Antigüedad (el rosario y la señora). Barato (el precio y el rosario). “Todo lo demás” va incluido de regalo. No se admiten devoluciones, sobre todo del rosario.

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Con este microrrelato participo en:

"Concurso de relatos sobre anuncios clasificados de tablondeanuncios.com"

El jurado tendrá en cuenta el número de comentarios.
¡NO te vayas sin decir algo!
Aquí o/y aquí.

martes, 8 de junio de 2010

Verdades a medias.



Tenemos muy arraigada la idea que palabras como: mitad, medio, media…
parece que dan idea de: equilibrio, sabiduría, moderación, sensatez…
“La bondad de la mitad de lo que sea”, ¿será realmente verdad?

Lo cierto es que empleamos mucha energía en encontrar nuestra media naranja, cuando a lo peor sólo nos encontramos con medios limones agrios.
Al igual que también empleamos mucha energía en intentar salvar el Medio Ambiente, cuando ya nos hemos cargado el otro medio.
O tratando de ser lo más optimistas posible, al ignorar a sabiendas el espacio vacío o hueco de personas y cosas.

Me han dicho que hoy cumplo “medio siglo”, y aparte de sonarme como muy “gordo” y nada equilibrado; creo que es eso: una mentira muy gorda.
Ya que, aunque sea la mitad, NO es mi mitad, porque la mía la he debido pasar hace algún tiempo, y dudo muy mucho que viva esa otra mitad del siglo.

De cualquier forma, como me gustan las botellas medio llenas, sobre todo para bebérmelas en buena compañía con un brindis...

Brindo porque hoy sea un gran día,

¡duro con él!





martes, 1 de junio de 2010

"Te invito al teatro".


Tenemos una cita,

que ya puedes anotar en tu agenda.




Se trata de la obra de Moliere:


“Las Preciosas Ridículas”,



Además tenemos la oportunidad de seguir paso a paso su “gestación y parto” a través del blog creado al efecto; algo tan inusual como original.


El proyecto no puede tener mejores augurios,

gracias a todos los que participan,

a ellos,

y en especial a él.


Y si quieres saber algo más, y no menos interesante sobre la obra,

no dejes de visitar este post.



domingo, 16 de mayo de 2010

PAPREFU


Ahora creo que aún se quedaron cortos cuando me recomendaron, con tanta insistencia, aquel nuevo peluquero.
Un tipo realmente extravagante, por buscar un adjetivo que se acercara algo a él. Ya no era sólo su forma de vestir, hablar o moverse por el salón de belleza. Ni tampoco era su desmesurada forma de cortar, teñir o simplemente tocar el pelo. Lo que me dejó sin palabras fue al final del todo, y no me refiero tampoco a la barbaridad que le pagué, sino a la toalla con la que me obsequió. Sí, sin duda aquello que me ofrecía entre sus huesudas manos llenas de dedos larguísimos, como el que da un tesoro a punto de romperse, era eso: una toalla.

Yo la cogí entre las mías, no fuera a eso: a romperse; menuda tontería tratándose de una toalla. Pero algo se rompió dentro de mí, cuando él sin soltarla me dijo en voz muy baja:
- “Cuando te laves el pelo en casa, te sientas con la melena entre tus piernas y la frotas con energía con esta toalla hasta que la notes seca, y al final levantas la cabeza”.
Entonces, dejando al fin la toalla en mis manos, añadió muy sabiondo él:
- “Ya me contarás”.

En ese momento me pareció un absurdo más a añadir, a la lista de la tarde en esa peluquería tan atípica, pero no desprecié el regalo; que bien pagado estaba.

Pasaron un par de días hasta que me lavé de nuevo el pelo en casa, y casi me olvido de la enigmática toalla; que por otro lado parecía de lo más normal. Pero bueno, pensé que quizás aquello le daría a mi pelo un acabado distinto, y seguí las recomendaciones:
me senté, eché la melena entre las piernas, y froté y froté hasta que sentí el pelo yo diría que seco.

Me puse de pié, y con un golpe de cabeza hacia atrás vi de repente mi imagen reflejada en el espejo.
Era yo, seguía siendo yo, mi cara y mi cuerpo, pero mi cara era de sorpresa mayúscula, y mi cuerpo temblaba, ¡porque el pelo no era el mío! ¿Cómo describirlo?
Alrededor de mi cabeza flotaba una larga melena ondulada, de color rojizo, donde se enredaban todo tipo de hadas y duendes, con sus casas-champiñón y todo, y también un buen popurrí flores multicolor.

Tardé unos minutos en reaccionar ante algo tan sobrenatural, y otros tantos minutos en poder escuchar que algo decían a coro todos aquellos pequeños seres inquietos, que no dejaban de jugar y columpiarse en las nuevas ondas pelirrojas de mi cabeza.
- “¿Hola?” atiné al fin a articular “Por favor, ¿me puede hablar uno sólo de vosotros?, más que nada por entender ¡qué porras está pasando aquí!”
Callaron todos, y uno de ellos me habló fuerte y claro haciendo bocina con sus manitas en la boca. Era un hada muy parecida a Campanilla del cuento de Peter Pan; con lo poco que me gusta a mí ese cuento. Pero ese es otro cuento.
- “¡No te asustes!” pude oír que gritó “Estamos aquí para concederte cada uno de nosotros un deseo”
- “¿Un deseo?, bueno, mejor dicho ¡será un buen montón de deseos!” exclamé al contar por encima cuantos eran.
- “¡Eso es!, pero son deseos especiales, porque no son deseos de futuro, sino deseos del pasado”
- “¡Curioso! ¡Muy curioso!, y supongo que nada de dinero ni riquezas”
- “¡Exacto!, veo que lo has cogido al vuelo, y también habrás supuesto que si eliges bien esos deseos del pasado podrás cambiar totalmente el presente, y por lógica el futuro”
No pude menos que sonreírme, porque tenía poco que pensar y la respuesta fue rápida y contundente:
- “Pues siento deciros, sucedáneos de Campanilla, que habéis hecho un viaje en balde desde donde vengáis, porque no tengo ningún deseo, de esos de pasado, que os habéis inventado.
Lo pasado, pasado está. Lo vivido, vivido está. Para bien o para mal. Porque de lo bueno se aprende, pero de lo malo se aprende mucho más. Y los arrepentimientos no curan heridas, porque escuecen lo mismo y encima no cierran nunca, o lo hacen en falso; que no se sabe qué es peor. Así que no acepto vuestro juego, queridas mosquitas de alas blancas.
Os lo agradezco, pero a esta mano no voy”.

Y de repente, como por arte de magia, aquella larga melena llena de flora y fauna desapareció volviendo mi melena normalita de toda la vida.
Cerré los ojos, sacudí la cabeza, y mis recuperados cabellos volaron de un lado a otro como pequeños e inocentes látigos.
¡Menuda alucinación! La recomendación de la posturita, con la cabeza entre las piernas frotando el pelo, no debía ser nada bueno para el riego sanguíneo de la cabeza.

Al cabo de unas semanas volví a la singular peluquería, donde me recibió el peluquero con gran efusión. Vino directo hacia mí, cogió de nuevo mis manos entre las suyas, ahora ya sin toalla, y acercándose a mi oído me susurró:
- “Veo que la toalla de los arrepentimientos no ha podido contigo, eso significa que te aceptas tal y como eres, como la vida te ha forjado; y aceptarse es siempre la mejor opción”.

Hasta ese instante no comprendí el nombre de la peluquería:
PAPREFU : “Pasado Presente Futuro”.



lunes, 19 de abril de 2010

Diálogos en la intimidad del tiovivo de la Feria.

¡Mírala ella!
Tan bien plantada y tan feliz subida en el caballito del tiovivo.



- ¿Dónde vas chiquilla?

- ¡A la Feria, a la Feria!

- Eso está claro, con ese traje de flamenca tan bonito que te regaló tu abuela: con lunaritos rojos de ojito de perdiz, ¡toma ya!
Porque aquí los lunares tienen hasta apellidos: de ojito de perdiz, de la peseta, de galleta…

Y del resto no digamos: los rabillos negros de los ojos y el rojo de labios a juego. Pero lo mejor es ese lunar pintado en la mejilla, que ni de terciopelo pegado. Vamos, que sólo te faltaban los caracolillos también pegados en la frente a lo Estrellita Castro; si no tuvieras ese pelo tan liso como ingobernable.

El caballito, mira tú, aún hoy día me sigue fascinando: con su continuo sube y baja, y su amago trotón en círculos suaves.

Ahí nadie te había dicho que seguirías cabalgando de por vida, sólo que tendrías que aprender a coger esa barra en ristre, como lanza de torneo medieval; más que nada para repeler las muchas envestidas con las que te tendrás que enfrentar.
De momento ese caballito listo enseña dientes, que no da miedo, pero sí mucha envidia de alegría ajena; y eso de siempre jode mucho.

Bueno chiquilla, que aunque la Feria no la cierran, y además a ti te coge aún muy céntrica, no te quiero entretener en tu inocente diversión.

¿Qué si te doy un beso? ¡Claro que sí! Y dos, que uno es poco para quererse mucho, cosa fundamental si quieres que te quieran; eso no lo olvides nunca chiquilla.

¡Y Buena Feria!
Esa, esta, y todas las demás.


jueves, 8 de abril de 2010

La escalera de tijera.


El largo sueño ha llegado a su momento culmen, y ahora me veo aquí subida, sentada a horcajadas en lo más alto de la escalera de tijera.

No sabría decir con exactitud cuando pasé una pierna al otro lado, lo mismo que tampoco sé cuando decidiré pasar la otra para emprender la bajada; aunque sí intuyo que ya va siendo hora.

Desde esta altura puedo ver todos los escalones recorridos. Los primeros más anchos y sólidos, donde tuve buena ayuda y guía, como la mejor de las infancias. Después se fueron estrechando, y no es sólo efecto de la perspectiva, sino la clara dificultad del recorrido.
A veces ha habido intentos de vertiginosos tambaleos, como si algo o alguien les hubieran dado por zarandear la dichosa escalera.
Incluso confieso que yo misma he hecho peligrosas acrobacias circenses; la juventud tiene esas cosas, y más.

Algunos escalones se les ve muy gastados, usados hasta perder la pintura y el brillo de lo mucho que me gustaron, otros están casi nuevos porque creo que me los salté por falta de interés, y otros se rompieron en su día; por pura fragilidad al primer contacto con mi conocida energía sin medida.

De todas formas ya no se puede bajar por el mismo lado, ahora tocan escalones desconocidos; pero sabiendo, que no es poco.

Los escalones cada vez serán más cómodos y a través de ellos en la bajada iremos repasando el lado opuesto, enturbiando en la memoria los más altos y refrescando con regusto los más bajos; hasta volver a ser niños de nuevo.


domingo, 4 de abril de 2010

A moco tendido.


Para los llorones.


Para los rojos.


Para los rojos
y para los verdes.



Para los que rezan.


Para quienes se les reza.


Para los "boludos".


Para los aburridos.


Para los cuidadosos.


Para los descuidados.


Para los parados.


Para los parados
que están a dos velas.



Para todos,
se acabaron las lágrimas hasta el año que viene.


Si Dios quiere.


miércoles, 17 de marzo de 2010

Parto múltiple



Nueve meses después.



miércoles, 10 de marzo de 2010

A falta de un cromo para la colección de cambios.



Y el cielo cambió de color, con ese negro de rabia llorona, y el viento frío sopló desde no se sabe qué pulmones no menos cabreados; mientras todo se cubría de agua y nieve, aún temiendo que a la tierra le diera por temblar.


miércoles, 24 de febrero de 2010

El patio de mi casa...


... es muy particular,



aunque cuando llueve parece que se moja más que los demás,



y agáchate... y vuélvete a agachar...



las niñas bonitas con una sonrisa se vuelven a agachar,



porque al pasar la barca me dijo el barquero...

ésta barca NO



la de éstos,



¡ésta, ésta!



que las niñas bonitas no pagan dinero,



y si no eres tan niña ni tan bonita, pues a la sillita la reina,



o bien te conformas con la manita de tu Pepeluí.



Pero en cualquier caso, que se note que somos del sur y:
"Al mal tiempo siempre buena cara".

¿Qué tal una cervecita para la boca seca?


sábado, 9 de enero de 2010

Relación de relaciones.


Los cuatro soñaban una mano a la que cogerse con fuerza,
echar a correr como locos enamorados hacia el filo del precipicio,
y lanzarse al vacío para volar juntos por el barranco de la vida.

Pero la mayoría de las veces las cosas no son tan fáciles.




El de las zapatillas blancas puso todo el interés,
tenía de verdad muchas ganas de ese vuelo en compañía,
pero nunca encontró la mano a la que agarrarse,
por más que buscó y buscó sin descanso.



Quedándose toda la vida solo, al filo del precipicio.



El de las zapatillas rojas se lo tomaba con calma,
no tenía muy claro eso de encontrar a alguien tan fácilmente.



Y nunca movió un dedo por cambiar su destino,
sentado en el filo, con el único consuelo de la imaginación.



Al de las zapatillas azules le gustaba la idea de coger de la mano a alguien,
pero era eso mismo lo que le seducía:
cambiar continuamente de mano, sin decidirse nunca a saltar al vacío con nadie.



Quizás lo que en realidad le aterraba era querer cambiar también de mano en pleno vuelo, cuando ya existieran pequeñas e inocentes aves revoloteando alrededor.



El del calzado marrón fue el que tuvo el paso más firme para afrontar la aventura.



Encontró la mano en la que confiar para un vuelo tan arriesgado.



Y con la que aterrizar después de muchos años de vuelo juntos.



Proporción: uno de cuatro; como la vida misma.