jueves, 13 de diciembre de 2007

Hiperbreves al amor para toda la vida.

Treinta y tantos.

El primero en la cocina, al preparar la cena. El segundo a los postres, como guinda del pastel. El tercero de buenas noches, antes de dormir. El cuarto al día siguiente, de buenos días mi amor; que tengas buen día, nos vemos a la noche.

Todos les vienen bien, todos son bien recibidos y disfrutados a la par.

Lástima que no siempre sea así.

A ella le fastidia un poco cuando ya está arreglada para salir. Tener que vestirse, peinarse y maquillarse de nuevo. Aunque ya con una sonrisa en los labios.

A él le fastidia un poco cuando a ella se le antoja en pleno partido televisado. Aunque los goles se celebran luego con mucha más alegría.

Hay una ocasión donde el fastidio es mutuo. Pero cuando han terminado, también la sonrisa es doble.

Cuarenta y tantos.


Increíble que después de tantos años juntos, aún prendan sin cerillas.

Funciona el frote de dos piernas como palos primitivos. Funciona el mirar al otro tras la lupa de las inevitables gafas de presbicia. Funciona sin peinar, con barbas dejadas o depilaciones atrasadas, con todo arden como la paja.

Hoy es un día especial de fiesta para los dos. Los hijos comen en la universidad. No necesitarán las lamparillas de noche. Tienen la penumbra de la tarde y el resplandor de sus llamas.

Muchos...


_ Ya toca, ¿no?

_ ¿Estás seguro?

_ Creo que sí, ¿Cuándo fue la última vez?

_ Uf… no me acuerdo. Pero seguro que no hace tanto.

_ Si quieres lo dejamos para mañana.

_ No, que se nos puede olvidar.

_ ¿Sabes? Me sigue gustando hacer memoria juntos.

_ Y a mi que te siga gustando.

Sea esta mi pequeña crítica constructiva a un programa de TV con mucha audiencia. Y no digo el nombre para evitar publicidad gratuita. No se la merecen y una pena que tampoco la necesiten.

lunes, 3 de diciembre de 2007

¿Amor & Sexo & Matrimonio?

La sociedad en la que vivimos intenta unir estos tres condicionantes: amor romántico, sexo placentero y matrimonio. Sin dudas, ésta es la alianza más difícil que ha inventado la raza humana a lo largo de su historia. Los dos factores que más han fluctuado son el amor, siempre considerado como muy inestable para relaciones duraderas, y el sexo, apartado a terrenos extra matrimoniales.

La cultura griega sí unía sexo y matrimonio, pero reservaba el amor romántico para las relaciones entre hombres y muchachos. En el romanticismo cortesano del siglo XII, el amor entre el hombre y la mujer estaba formalmente separado del matrimonio. No es hasta la época victoriana del siglo XIX cuando el matrimonio se basa en ideales románticos, pero por supuesto quedaba excluido el sexo. La mujer que tuviera deseos, la consideraban casi una enferma. De tal modo, el placer sexual quedaba relegado a los prostíbulos.

No tenemos que trasladarnos mucho en el tiempo hacia atrás, o en el espacio hacia el este, para hablar de los llamados matrimonios concertados. En ellos el amor y el sexo placentero simplemente no se consideran. Es el matrimonio por el matrimonio, y todo lo que conlleva de contrato cerrado, para salvaguardar linaje y propiedades. Nos pueden resultar aberrantes, pero han existido y aún existen en nuestros días.

Por todo esto, vemos que es una creencia muy reciente el intentar reunir amor romántico, pasión sexual y compromiso marital monógamo en un solo acuerdo. No digo que por esta gran dificultad, la opción sea encontrar sistemas alternativos, ni que las tres cosas tengan que estar repartidas. Pero sí que seamos conscientes de la magnitud que presenta unirlos en un solo vínculo, y hacer la proeza de ir salvando todos los obstáculos que encontramos en el camino.

El hombre ha evolucionado, y con él sus relaciones sentimentales también. Quizás, ahora que hemos conseguido unir los tres condicionantes, en el futuro nos espera eliminar el factor que ha figurado siempre: el matrimonio en sí, e inventarnos otras formas de unión. Al final daremos con la proporción correcta de la fórmula; eso espero.

martes, 27 de noviembre de 2007

Sin remedio.

El hombre Piesdeplomo caminaba con toda firmeza, no sólo por la seguridad que imprimía a cada paso, sino por una vida en soledad llena de dificultades.

Aquel día viajaba en un enorme barco, sobre las aguas del mar Mediterráneo, cuando de repente, tropezó con algo que llamó poderosamente su atención. Parecía estar vuelto de espaldas, así que con un toque en uno de sus lados, consiguió girarlo hacia él.
No salía de su asombro cuando comprobó que se trataba de una cometa. El precioso artilugio estaba bastante deteriorado, muy débil, con algún que otro roto, y sin cuerda ninguna para echarla a volar.

- ¿Qué te ha pasado cometa bonita?- le preguntó afligido Piesdeplomo-. A partir de hoy no debes preocuparte por nada. Yo cuidaré siempre de ti y nunca más estaré solo.

Piesdeplomo, con todo cariño y paciencia, arregló el armazón de la cometa. Le puso nuevos y vistosos papeles, le colgó una nueva cola llena de lacitos de colores… pero sobre todo, le ató bien fuerte una fina y resistente cuerda muy, pero que muy larga.
Disfrutaba echando a volar su preciosa cometa. Mientras más cuerda le daba, más alto volaba ella, más piruetas y carambolas hacía en el cielo, y más le gustaba a Piesdeplomo.
La cometa también se sentía segura allá arriba. Sabía que aunque se encontrara con fuertes corrientes de aire, con cambios de temperatura, o con algún pajarraco que chocara con ella, hasta hacerla caer… allí abajo estaba siempre su Piesdeplomo, esperándola para reparar el descalabro, y animarla a subir de nuevo por los aires.

- ¿Me quieres Cometita mía?- preguntaba insistentemente Piesdeplomo.
A lo que la juguetona Cometa siempre respondía con la misma picardía infantil: “¡Qué remedio!”

¡Ay… Cometa Cometita! ¿Aún no sabes que una Cometa no es Cometa sin una larga y fina cuerda, sostenida con firmeza por un Piesdeplomo desde tierra firme? ¿Cuándo aprenderás?...

Para mi Salvador particular, porque lo quiero sin remedio.


lunes, 26 de noviembre de 2007

Carta a un maltratador.

25 de Noviembre.
Día Internacional de Lucha Contra la Violencia de Género.


No sé como empezar esta carta. Tengo muy claro lo que quiero decirte, pero nada más empezar, me he quedado más en blanco que este papel. ¿Cómo me dirijo a ti?: ¿Querido padre?, ¿Mi querido papá?... Recuerda que torturabas a mi madre con aquello de: “A saber si esta es hija mía”. Ambos sabemos que lo soy, eres quien me dio la vida, aunque ser padre es otra cosa y no te lo voy a explicar a estas alturas.

Muchas veces, cuando salía en la tele una nueva víctima a manos de su marido, me preguntaba qué sentirían sus hijos; qué sentirían todos esos huérfanos a la fuerza. ¡Y qué distinto es cuando ves noticias lejanas a ti!, cuando la posibilidad de que te ocurra es remota: inundaciones, incendios, robos… todo eso puede sonar muy lejos. Pero cuando en tu propia casa escuchas ese mismo tic-tac de la bomba a punto de explotar; es distinto. Cuando te tienes que tapar los oídos, escondida en tu cuarto, para no oír gritos y golpes; es distinto. Cuando te tienes que tragar lágrimas y mocos; es distinto. Cuando ves casi a diario a tu madre apaleada por dentro y por fuera, sin duda es distinto.

Tú me has convertido en uno de esos huérfanos con fecha anunciada. Tú y mi madre con su silencio, con su aguantar sin sentido, con su miedo calado hasta más arriba de las cejas; hasta taparle los ojos y el entendimiento. ¿Cuántas veces le pediste perdón? ¿Cuántas veces ella te perdonó? Para que tú volvieras a la carga una y otra vez, con los espacios de tregua más cortos cada día. Ella por fin ha dejado de tener miedo, ya no se le helará más la sangre cuando le susurres por detrás y al oído: “Te tengo que matar”. Mi madre está muerta y tú encerrado, ¿y yo?, yo no te tengo miedo, pero estoy muerta por dentro y cerrada a ti para siempre.

Me pides que vaya a verte, que estás enfermo, que necesitas mi perdón, ¿más perdones quieres? Tuviste demasiado de esos. Tú quieres mi perdón y yo quiero que me olvides, que pienses que acertaste con aquella gota china “que yo no era hija tuya”; porque simplemente ahora no quiero serlo y porque ahora sólo Dios puede perdonarte.

Sigue tu vida, cumple condena y no quieras verme. Aquel día no acabaste sólo con ella, en el mismo viaje íbamos todos. Duro viaje sin billete de vuelta.

Sin más, se despide la que un día fue tu hija.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Turnedo

No pensar.
Borrar
lo escrito en la piel.
Lavar
momentos de gloria.
Decolorar caricias.
Limpiar de gestos
madrugadas
y silencios llenos.
Vaciar el alma.
Adormecer sentires.
Pintar de desesperanza
los crepúsculos.
Desteñir el cielo
de gaviotas
y vuelos.
Enmudecer
las noches…

Bajar
y descolgar la luna.
Apagar las estrellas.

-Angela Becerra-

martes, 20 de noviembre de 2007

BrevEros Cuento.

Como casi todas las noches, a ella le gustaba salir al jardín y quedarse un rato de pie en medio del césped, mirando bien arriba, justo hasta las estrellas. Eso la hacía sentirse tan pequeñita, tan vulnerable... allí sola en medio de la oscuridad, el universo parecía como si la quisiera atrapar y llevar con él.
Fue entonces cuando algo la sacó de su abducción, el reflejo de una luz en la planta de arriba y un leve sonido familiar en la lejanía. Era él, en su estudio de la buhardilla, y el sonido era el del teclado del ordenador.
Fue como “la llamada de la selva”, como la campana para el perro de Paulov, un tirón irresistible e imposible de controlar. ¿Había algo que estaba llamando su atención y no era ella? Sus fuertes impulsos posesivos le decían que había que poner remedio de inmediato.
Subió las escaleras, pero sin prisas, no quería llegar ahogaba; además su presa ya no tenía escapatoria posible.
Sí, allí estaba, a media luz ensimismado en la pantalla, vistiendo como única prenda esas calzonas a las que había cogido tanto cariño, con el torso al aire y el pelo aún mojado por la ducha.
Sin hacer ruido, se acercó sigilosa por detrás y lo abrazó ahuecando ambas manos en sus pectorales. Con un suave beso en el cuello, apaciguó el sobresalto recibido; pero apenas bajó la guardia, se adueñó de su lóbulo a fuerza de labios y dientes. Él giró la cabeza para zafarse del mordisco y cayó sin remedio en la boca de ella. Húmeda trampa con un ariete insistente, que entraba y salía. El más bello simulacro de lo que había ido a buscar sin palabras, preludio de lo que iba a ocurrir.
Ella apartó el dichoso teclado, como la que aparta una dura competencia, dispuesta a ganarle por la mano; y ocupó su lugar en la mesa. Se acabaron por hoy los juegos de ambos por los espacios, era el momento de jugar con “la tecla de su ratón”.


lunes, 19 de noviembre de 2007

Con los cinco sentidos.

Voy a la playa.
Si cierro los ojos y me concentro, quizás consiga pasear por una playa solitaria. ¿Te gustaría acompañarme? Vamos, dame la mano y sígueme.

Vista.

La veo, ya puedo verla. Cádiz al fondo, a la derecha la bahía con medio sol naranja en el horizonte, y a la izquierda otro mar de dunas desiertas. Dunas de calientes arenas para perderse en compañía. ¿La tuya?
Oído.
Se oye el romper de las olas y el graznar de alguna gaviota. El fuerte viento de levante silva en mis oídos. La blusa que llevo también revolotea, compone una melodía de percusión parecida a un tambor. No hables. No hace falta.
Olfato.
Llenaré mis pulmones de aire para intentar oler. Si, huele a eso: a mar, a puerto, a pescado, a algas, a marisco… ¿Te da hambre como a mí?
Gusto.
Y si saco mi lengua y la paseo por mis labios quizás consiga sabor a sal. Si, también lo noto, están secos y salados, pero me gusta. ¿Quieres probarlo de mi boca?
Tacto.
El ala de mi sombrero sube y baja con el viento. El sol me da en la cara a intervalos, a golpes como las olas; más que golpes son caricias, es cálido, suave. No molesta.
El pelo que me asoma por debajo del sombrero, se despeina y enreda. No me importa, se vuelve salvaje como la playa. Déjalo.
En la planta de mis pies frota el masajear de la fina arena, húmeda y dura. De vez en cuando me sorprende el chocar de alguna ola en mis tobillos, los vuelve brillantes, los despierta, los anima a seguir caminando. ¿Te animas tú?
Mis manos están ocupadas. En la mano derecha, llevo el asa del cubito de playa, a medio llenar de conchas. En la mano izquierda, tu mano agarrada con fuerza a la mía. No hace falta que aprietes. No podría escapar de ti.

Me voy de la playa.


Algún día haré algo con esas conchas y no será un collar. Crearé con todas ellas una hermosa escultura, algo que pueda ver, oler, tocar...Para cuando me acerque a ella, cerrando los ojos como ahora, pueda volver a pasear por aquella playa virgen y solitaria. Siempre contigo.


domingo, 18 de noviembre de 2007

El carnicero liberado.

Érase una vez, en una pequeña ciudad, había una carnicería regentada por el matrimonio de Nicolás y Adela.
Nicolás era un hombre pequeño, discreto, incluso callado para tener que atender al público. En cambio, Adela era una mujer voluminosa, resuelta, charlatana y a veces hasta descarada. La vida no les había obsequiado con el tan esperado hijo. Eso hacía que en la cara de Nicolás siempre hubiera un gesto de tristeza. Solía mirar a su mujer de reojo, sin atreverse a más; preguntándose cómo podría soportar aquella mujer estéril, que lo menospreciaba continuamente.

De noche, al cerrar la tienda, preparaban juntos el género para el día siguiente. Allí mismo elaboraban el embutido, que luego vendían con tanto éxito en el barrio.
Ocurrió que una de esas noches, Adela estaba más enfadada que de costumbre con Nicolás, porque él había olvidado comprar la carne para embutir. Ella le gritaba por su torpeza, haciéndole creer que no valía para nada. Estaba como loca, se movía por toda la trastienda vociferando y alzando los brazos con espavientos histéricos. Cuando de repente, resbaló y fue a caer en la gran picadora de carne. Perdió el conocimiento al golpearse en la cabeza y Nicolás no perdió la oportunidad de su vida. Tan sólo tuvo que introducirla un poco más en la hermosa batea de afiladas cuchillas, y ponerla en marcha. Poco a poco la máquina hizo el mejor cometido hecho hasta entonces.
Al final resultó una masa bastante compacta, su mujer tenía buen tocino sin dudas. Y aunque olvidó echarle algún colorante con la excitación del momento, el color no le desagradó. Metió el dedo, se lo llevó a la boca y sorprendentemente, su horrible mujer daba un sabor exquisito; distinto a todo lo conocido. Buscó unas tripas bien grandes y gruesas, la embutió entera, y terminó el proceso de cocer y secar.

Al día siguiente, como si nada, colocó los nuevos embutidos rosados en el escaparate y tranquilamente esperó que llegaran sus clientas. Todas entraban preguntando por su mujer, a lo que él respondía que se había marchado a cuidar a su hermana enferma en la capital; donde pasaría una buena temporada. Se sentía liberado, seguro por primera vez en su vida, y con la frialdad suficiente para dar a probar el nuevo producto.
“¡Que rico!”_ dijeron todas al catarlo_ “¿Cómo se llama?”
Y Nicolás contestó: “Su nombre es: Mortadela”.

“Mire dita”: Para mi niño en Pristina, “Niko in Kosovo”, para refrescarle la memoria.

jueves, 15 de noviembre de 2007

¿Por qué un blog?

Quizás debía haber comenzado por aquí mi blog. Antes de nada reflexionar, y después exponer algo a modo de “declaración de intenciones”. Sí, eso hubiera estado bien. Pero aparte que ya es un poco tarde, o como dicen los ingleses: “No llores sobre leche derramada”… la verdad, entonces no sería yo la autora de este blog. La cosa va más por impulsos y escribir tiene mucho de eso. El que escriba me entenderá.

Vamos por partes.

¿Desde cuando escribo?, yo creo que desde antes de aprender literalmente a escribir. Porque aún me sigue sucediendo: primero escribo toda o casi toda la historia en mi cabeza, y después lo plasmo del tirón. Cuando no sabía por mi corta edad, se quedaría en algún rincón de aquella cabecita con dos coletas; seguro.

¿Por qué escribo?, no tengo ni la menor idea, lo juro. A veces, muchas veces, la mayoría de las veces he pensado que es otra dentro de mi la que lo hace, y no yo. Sólo sé que eso está ahí, tiene que salir, y más tarde o más temprano todo sale.

Y por último: ¿por qué hacerlo público por aquí? Porque esto es un proceso: primero escribes para ti solo, después vas venciendo las vergüenzas, y por último es un auténtico disfrute compartirlo. Si compartes siempre hay un “feedback”, algo te viene de vuelta que te enriquece, que te orienta y que te anima a seguir haciéndolo.

Y después de esta “auto entrevista”, con las tres preguntas del concurso respondidas, ¿Qué más puedo decir? Si has llegado hasta aquí leyendo, se me ocurre: “Un escritor no leído, no es un escritor; es simplemente alguien que escribe”.

Ah… y sobre todo, gracias siempre por leerme.

martes, 13 de noviembre de 2007

Tres hiperbreves al desamor.

PROMESA DE POR VIDA.

“Te querré siempre” dijo él y ella lo creyó.
“Aunque algún día lo nuestro termine, te querré toda la vida”, y ella lo creyó.
“En la sombra, en silencio, te querré toda la vida”, y ella lo creyó.

Hoy ella no sabe nada de él, se marchó a esa sombra, se quedó en silencio; pero ella lo creerá toda la vida. Ese es su único consuelo.


INSTRUMENTO DE AMOR ROTO.

La guitarra de palo santo, que todos llevamos dentro, vibró en ella. Desde el principio acorde con la de él, al unísono. Ambos llevaban el compás a la perfección y sin haber ensayado antes. En muy poco tiempo, el ritmo subió, se aceleró, se precipitó… y danzaron como posesos.

Hasta que una mañana, dos dedos pellizcaron mal una de las cuerdas demasiado tensa, y saltó por los aires.

Ahora ella se pregunta cada día, donde venderán cuerdas de repuesto, para guitarras interiores de palo santo.


ANATOMÍA DEL DESAMOR.

Mientras tu recuerdo se levante conmigo cada mañana, me acompañe cada segundo del día y me despierte cada noche; no puedo ser tu amiga.
Mientras pensar en ti me cierre la garganta, hasta hacerme llorar; no puedo ser tu amiga.
Mientras estés instalado en mis pulmones costándome respirar, en mi estómago costándome digerir y en mi cerebro costándome pensar; no puedo ser tu amiga.
Mientras sienta mis manos vacías sin las tuyas, mi boca hueca sin la tuya y mis piernas huérfanas sin trenzarlas a las tuyas; no puedo ser tu amiga.
Mientras mis ojos sigan ciegos, porque sólo imaginan cruzar la mirada con los tuyos; no puedo ser tu amiga.

¡Devuélveme mi cuerpo!; y sólo entonces podré ser tu amiga.

lunes, 12 de noviembre de 2007

VideoBOOK

Jorge Lora en Youtube

Ya sea subiendo hacia el cielo en línea recta, ya sea bajando en sobrecogedores tirabuzones, ya sea con los pies colgando, cabeza arriba o cabeza abajo… ¡tú agárrate fuerte y grita!, ¡grita con todas tus ganas como en ese vídeo! Disfruta el vértigo de esta maravillosa montaña rusa donde te has subido; que la suerte para llegar al éxito es una estrella, así que esa no te la deseo porque tú ya la tienes.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Se llamaba Charly.

Mamá nunca quiso tener animales en casa, pero aquel día del año 72 en que papá se presentó con una pareja de palomas blancas, no pudo decir que no. Y es que eran preciosas, macho y hembra venían muy juntas dentro de un cajón, más atemorizadas que por darse calor.
Las subieron al lavadero que teníamos en la azotea, instalándolas dentro de una gran jaula colgada de la pared. Las palomas eran listas y pronto se dieron cuenta que aquel era su hogar, donde no les faltaría comida y agua. Así que la jaula nunca más se cerró y sólo la usaban para dormir y procrear. ¡Y ya lo creo que procreaban! En poco tiempo la pareja pasó a ser cuatro… y ocho… y diez… y casi sin darnos cuenta se convirtieron en una bandada enorme de palomas, que daba gusto velas volar todas en círculo a la caída de la tarde.
Ocurrió que un día se cayó al suelo una de las jaulas, donde una paloma cuidaba sus polluelos recién nacidos, con tan mala suerte que pisó a uno de ellos sin querer. Al pobre polluelo se le quedó el pescuezo torcido, rechazándolo su madre por completo. Pero mi madre no iba a consentir que se muriera de hambre; así que lo bajó a casa y se lo entablilló con dos palitos de madera.
Costó trabajo sacarlo adelante, hubo que alimentarlo con pan, leche y mucha paciencia, pero consiguió que no muriera. El joven palomo se recuperó abajo con nosotros y le pusimos Charly de nombre, por la famosa canción del verano de aquel año.

Charly era casi uno más de la familia, volaba por la casa a su aire, posándose en los hombros y cabezas de todos, con toda confianza. Era muy gracioso cuando nos sentábamos a la mesa a comer, porque él tenía una esquina donde le acercábamos algunas migas de comida.
Un día, mamá decidió que ya era hora que volviera arriba con los de su especie, porque de lo contrario nunca aprendería a volar. Al principio se le veía en la azotea como fuera de lugar, pero poco a poco comenzó a volar con los otros. Charly pasaba todo el día y toda la noche arriba con los suyos excepto a la hora del almuerzo; era subir el olor a comida recién hecha y el ruido de platos… y ya veíamos aparecer a Charly escaleras abajo, escalón a escalón dando sus peculiares saltitos, hasta dar el salto más grande a su esquina de la mesa.
Sucedió que mi madre estaba ya más que harta de tanto palomo en la azotea, había que limpiarlo todo diariamente, por la gran cantidad de excrementos infecciosos que generaban. Así que a través de un conocido, decidió regalarlos a un señor que decía criar muchos en el campo. El día que vino aquel hombre con su furgoneta y los cargó a todos metidos en sus jaulas incluido Charly, mi madre lloraba, pero más lloró cuando con la furgoneta ya cerrada, el hombre le soltó como despedida: “¡Qué buenas paellas nos vamos a hacer con todos ellos!”. No le dio tiempo a reaccionar, se quedó atónita mientras el hombre arrancaba y se perdía de vista para siempre.
Y esta es la historia de Charly, la paloma a la que salvamos la vida recién nacida, que se crió y creció como uno más de la familia, y a la que nunca olvidaremos.

Dedicada con todo cariño a mi hermana Angelina:

Comments or no comments? That's the question.

Es el tema que se debate en el “mundillo” de los blogs (Blogosfera): ¿un blog deja de ser un blog sin comentarios (Trackbacks)? ¿Es un regreso al pasado quitar la opción de los comentarios en un blog? ¿Pecan hasta de sordos engreídos quienes hacen esto con su blog? ¿Hasta qué punto merece la pena exponerse a comentarios de los llamados Trolls (dícese de los aburridos de la red que tienen como única diversión lanzar improperios en los comentarios de los blogs ajenos)?
Supongo que esta serie de problemas les atañe más a los blogs ya consolidados, blogs que llevan al menos dos años (poco, lo sé, pero en esto el tiempo vuela) y con una gran cantidad de seguidores a diario. Ellos se quejan que el apartado de comentarios se les ha vuelto algo ingobernable y tedioso de trabajo, al tener que administrar y controlar tantos comentarios, ya que se forman auténticas discusiones. Realmente esto es penoso porque habíamos conseguido un gran avance en la comunicación, de tener páginas estáticas y frías de calor humano, a poder interactuar con la persona (bloguer) que se expresa con sus textos (post).
Aún nos quedan los correos personales, para opinar directa y personalmente con el bloguer, pero eso es cerrar parcialmente la comunicación perdiendo la frescura de los comentarios compartidos por todos. Creo firmemente en la comunicación y si es interactiva mucho mejor, porque vivimos en la época de La Comunicación con mayúsculas y porque de ahí se saca mucha riqueza multicolor. Todo comentario siempre es válido, si se hace con educación, hasta las críticas negativas si son constructivas.
Además, sin esos comentarios, esto sería lo más parecido a una loca hablando sola en un manicomio de los de antes. Así que animaros a aportar cosas, que siempre serán bien recibidas y al mismo tiempo sacaremos algo en claro de todo lo que vaya surgiendo.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Carta de amor a usted.

Mi más secreto admirador, Sr. Valera:

Me decido con esta carta a contestar la suya, la misma que me hizo llegar con mi fiel criada Juliana. He tenido que releerla varias veces, en una mezcla de nervios, ansiedades y por qué no decirlo también; placer. Empezaba a leer y la cerraba sin poder evitar arrugarla, luego me tenía que levantar para dar paseos sin sentido por mis habitaciones, hasta que me armaba de valor para seguir leyendo. ¡Cuánto sentimiento en esas líneas! ¡Cuánto deseo contenido! Aún me ahogo y ruborizo sólo de recordar algunas de sus líneas.
¿Pensaba quizás usted, que yo no sospechaba toda esa pasión suya hacia mi persona? Sí, Sr. Valera, si la conocía e incluso la disfrutaba en secreto. Cómo no me iba a dar cuenta, cuando montaba en mi carruaje y usted estaba siempre pendiente del momento en que yo subía mis vestidos, para apoyar mi pie. Debo confesarle que levantaba los tafetanes y sedas mucho más de lo necesario al notar que usted miraba. Quería enseñarle no sólo mi zapato, sino mis enaguas y sobre todo mis tobillos.
¿Y cuando nos encontrábamos en el palco del Teatro Rojas? Notaba sus ojos clavados como garras en mis hombros desnudos, en mi cuello; sentía hasta la humedad de sus labios cuando se los mojaba y mordía por culpa de mi generoso escote. Lo veía de soslayo pasear sus ojos por todo mi cuerpo con avaricia y lujuria. No sé si usted era consciente, pero en esos momentos, en la oscuridad de la sala y arropada por el volumen de mi falda, he tenido que cruzar muy fuerte mis piernas, para así intentar aliviar los fuertes latidos que sentía donde no tengo corazón. ¿No ha apreciado el rubor en mis mejillas? ¿No ha observado con cuánta desesperación me abanicaba? Creía morir al vivir sensaciones tan desconocidas para mí.
Claro que recuerdo aquel otro día que usted menciona en su carta, aquella mañana que caminábamos en grupo después de asistir todos a misa en el Monasterio de Santo Domingo el Real. Volvíamos por las estrechas callejuelas de este nuestro Toledo, esas de los cobertizos de Santa Clara; cuando usted, de forma astuta, consiguió alcanzar mi lado buscando la cercanía de mi cuerpo. Nos rozábamos, lo sé, lo sentí y aminoré el paso aprovechando que íbamos los últimos para prolongar todo lo posible esos segundos.
Ahora usted me pide un encuentro a solas y aunque es lo que más pueda desear en este mundo; no me atrevo Sr. Valera, no me atrevo. Mi marido me vigila de cerca y tengo pocas excusas para ausentarme sin su permiso. Él está mayor, como usted bien sabe, demasiado mayor para una mujer como yo, aunque tiene confianza plena en mí, porque jamás ha tenido motivos para lo contrario. Sin embargo, no quiere perderme por encima de todo y eso lo hace recelar de todos los demás hombres que puedan respirar el mismo aire que yo.
De todas formas, y teniendo de nuestro lado a mi discreta Juliana, no desdeño la posibilidad de vernos cara a cara en un lugar tranquilo y solitario, siempre y cuando usted sepa respetarme con la suficiente paciencia y temple para mantener un fugaz encuentro sin más pretensiones. Temple, sí ¿pido mucho mi adorado Valera? Temple como el nombre de aquellos caballeros templarios que se ocultaban en las cuevas que tenemos bajo Toledo y donde me gustaría perderme con usted en una noche de locura, viviendo un sueño del que no quisiéramos despertar. Sin duda, escribiríamos juntos la más hermosa leyenda que jamás se haya contado en esta ciudad.

Sin más, me despido de usted, dándole todas las esperanzas que una mujer sincera y enamorada le puede regalar. Suya siempre, Teresa.

DEDICATED TO ALL MY ENGLISH FRIENDS, especially to Vin:

My more secret admirer, Mr. Valera:

I decide with this letter to answer yours, the same that made arrive me with my brought up Juliana faithfully. It have has to read over again the several times, in a mixture of nerves, anxieties and why does not say it also; pleasure. It began to read and it closed it without can avoid wrinkles the, then had to raise me to give unconscious walks for my rooms, until armed oneself of value to follow reading. How much feeling in those lines! How much wants content! Still drown me and make blush only of remembering someone of your lines.
Thought maybe you, that I did not suspect all that passion from you towards my person? Yes, Mr. Valera, if knew it and even enjoyed it in secret. How to do not be about to give me account, when mounted in my carriage and you were always pendent of the moment in which I went up my clothes, to lean my foot. I must confess you that it raised the flags and silks much more of the necessary when noting that you watched. Wanted teach you not only my shoe, but my petticoats and above all my ankles.
And when found us in the box of The Red Theatre? It noted your dives eyes as claws in my naked shoulders, in my neck; it felt until the humidity of your lips when wet them to him and it bit for blame of my generous low neck. It saw it obliquely it takes a walk your eyes for all my body with avarice and lusts. Do not know if you was conscious, but in those moments, in the obscurity of the hall and wrapped up for the volume of my skirt, it have has to cross very strong my legs, to so try to alleviate them beats forts that it felt if not have heart. Has not appreciated the blush in my cheeks? Has not observed with how much despair fanned one? It believed die to the so unknown sensations life for me.
Clear that remember that some other day that you mention in your letter, that tomorrow that it walked in group after being present all too mass in the monastery of Santo Domingo The Real. We returned for the tight side streets of this our Toledo, those of the sheds of clear female saint; when you, of the astute form, it got reach my side by searching for the proximity of my body. Knocked together us, know it, felt it and lessened the step making good use of that went the last ones to extend all the possible those seconds.
Now you asks me an encounter alone and although is which more can want in this world; not dare Mr. Valera, not dare. My husband watches me at close quarters and I have little excuses to send away me without your permission. He is major, as you well knows, too much major for a woman as I, if it have trust fully in me, because never has had motives for the opposite. However, it does not want lose me above all and that does suspect it all the other men that they can breathe the same air that I.
At any rate, and by being our side to my discrete Julian, not scorn the possibility of seeing us face to face in a calm and solitary place, as long as you know respect me with the sufficient patience and Order of Knights Templar to keep a fleeting encounter plus sign claims. Order of Knights Templar, yes ask a lot of my adored Valera? Order of Knights Templar as the name of those riding templar that it is hid in the caves that have below Toledo and where pleases lose me with you in a night of madness, by living a sleep of the one which did not want wake up. Without doubt, it writes together the more beautiful legend that never has counted in this city.
Plus sign, me discharge of you, by giving you all hopes that a sincere woman and made love to can give you. From you always, Teresa.

viernes, 9 de noviembre de 2007

¿Bailamos?

Todos me envidiarán cuando sepan que eres mía. Déjate llevar mi amor, verás como esto será la danza sensual más veces interpretada. Necesito moldear tu cuerpo, hacerte girar y girar entre mis brazos hasta que se te vaya la cabeza. Pero no temas, que yo te agarro fuerte a la vez que con dulzura. ¡Vamos preciosa! ponte en mis manos que te encantará sentir como te toco, sentir como ciño mis dedos a ese suave cuello de abajo arriba, de arriba abajo. No temas tampoco, sé hasta donde tengo que apretar sin hacerte daño, porque luego no quiero acabar contigo rompiéndote en mil pedazos.
Pero ahora no, ahora me hechiza tu color carne entre mis manos, manos chorreando tu sudor carnoso, que limpio en mis muslos con codicia. Ahora me fascina crearte con mis palmas, palmo a palmo, pliegue a pliegue. ¡Me siento tu dueño, me siento Dios! Acaricio tus curvas de abajo arriba, poco a poco hasta llegar a tu boca y en ella meto un dedo, dos dedos, tres dedos… y al revés; el pulgar dentro, los otros fuera… los mojo en agua y te doy de beber con ellos, tienes sed, lo sé. Pronto pasarás más sed aún, así que bebe, ¡bebe princesa mía! Creo que ya estás lista, completa, plena, he conseguido terminar mi obra de nuevo y estoy contento. Eres, justo como yo quería que fueras.

Con ambas manos, él agarró un fino alambre por sus extremos tensándolo fuerte, lo pasó por encima de ella hasta su pié y allí cortó a ras del torno. Sí, ya estaba lista para el horno. Sería la vasija más hermosa de todas.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Lágrimas negras, Bebo&Cigala.


Tres Hiperbreves.

Uno: Calzado para toda la vida.
El zapato izquierdo me venía bien, pero el derecho grande. Me extrañó muchísimo. No podía incorporarme para comprobarlo, aunque no era necesario, sin dudas notaba más holgado ese zapato que me estaban colocando.
De pronto lo entendí: ¡habían olvidado meter mi plantilla ortopédica en el zapato derecho!
Bueno, al fin y al cabo tampoco tenía mayor importancia… no iba a caminar, en el duelo nadie se daría cuenta y a la cámara incineradora lo mismo le daría quemar una plantilla más que menos.

Dos: Desconcertadores desconcertados ¿quién los desconcertará?...
Cuando cerró la puerta del coche, me quedé pensando qué me habría querido decir con esas palabras. Él siempre tan enigmático, le encantaba dejarte con cara de idiota cocinando tus neuronas. Pero no, ¡esta vez no!, me negaba en redondo a que se saliera con la suya una vez más. Tan sólo me limité a sonreírle por la ventanilla con una de mis miradas más pícaras. La situación fue tan nueva como sorprendente. Con cara de bobo arrancó el coche y se marchó con una mano temblorosa diciéndome adiós.
De todas formas, tampoco sería tan importante lo que me había querido decir… ¿o tal vez sí?

Y tres: Sin tiempo para aburrirse.
Como todos los días, desperté en mi casa sin saber dónde estaba. Me descubrí a mi mismo ante el espejo; no estaba mal. Conocí a mi familia; por un sólo día eran todos estupendos. Los amigos; de los que merecen la pena conocer a fondo. Mi casa, mi barrio, mi ciudad; podrían ser mejores. El sexo, la comida, el sol… placeres renovados; la novedad siempre gusta.
Ya es de noche y me voy a dormir. Mañana no recordaré nada del día de hoy; desde aquel lejano día del accidente que me dejó con memoria de veinticuatro horas.

martes, 6 de noviembre de 2007

lunes, 5 de noviembre de 2007

1Interior, 2 Cuadros.


El mismo interior+en el mismo momento+dos personas distintas pintando= resultados completamente distintos. Esto puede ser hasta matemático y eso que yo de números entiendo poco.

¿Por qué una persona ve los colores tal cual, mientras la otra echa a volar la imaginación con su paleta?, ¿por qué en cambio esa persona pinta la revista tal cual, mientras la otra hace un juego de reverberaciones con ella?, ¿por qué una se acerca al realismo, mientras la otra se acerca al surrealismo?, ¿no es una pérdida de tiempo buscar el realismo en la pintura con las maravillosas cámaras digitales que todos tenemos?, ¿entonces para qué sirven las técnicas pictóricas hoy día, si con cuatro brochazos ya lo tenemos resuelto?, ¿o quizás es ahí a donde hay que llegar, a esa abstracción de la realidad cargada de interpretación?...

Podría seguir, son muchas las cuestiones que me asaltan con este tema. Lo dejaremos con aquello de: “El libro de los gustos está en blanco”, o bien: “Todo depende del color del cristal con que se mire”… ¿no?

domingo, 4 de noviembre de 2007

Carta a Don Dinero.

Deseado Señor, Don Dinero:

Te gusta que te llamen así, ¿no?... Don Dinero. Yo de buena gana sabes que te llamaría mejor “Dinero” a secas, por no decir: guita, pasta o cochino parné… pero guardaré las formas por esta vez. A mí en cambio, me llaman siempre “La Pobreza”, como el que dice: la Mari, la Pepi o la Juani… y a nadie se le ocurre referirse a mí como “Doña Pobreza”. No obstante, en esta carta me vas a permitir que te tutee, de igual a igual; es el privilegio de estar en lados opuestos imposibles de coincidir. No tengo por qué rendirte pleitesía.

¿Sabías que el 80% de la población mundial vive conmigo? En la pobreza. Aunque en los últimos cincuenta años, el mundo ha progresado más que en toda la historia; es curioso, el abismo entre tú y yo se ha abierto más que nunca. Un 20% no es nada, no es nada y lo es todo, porque lo controlas todo desde las alturas. Mayorazgo de unos pocos, mientras los demás intentan sobrevivir más que vivir, haciendo duros esfuerzos por salvar ese abismo que nos separa.

Es muy relativo el concepto que se tiene de mí, mientras en un país desarrollado ser pobre por ejemplo es no poder comer ricos manjares, no tener un abrigo de pieles, o no poseer segunda vivienda de recreo; en un país subdesarrollado, la pobreza es mucho más primaria, se refiere a cosas tan elementales como no tener comida, ropa o techo; los tres principios básicos para subsistir.

En cambio, el concepto sobre ti, no es nada relativo: “O se tiene, o no se tiene”, como decía la abuela de Cervantes.

Se supone, Dinero, que contigo se consigue todo lo que se pueda desear en el mundo, sin embargo, se pone en duda una sola cosa, la famosa “Felicidad”. Yo sinceramente, no creo mucho en ella, pienso que sólo existe en flashes que te da la vida y normalmente te dejan cegado. Pero ya ves, tú con todo lo que supones, no eres capaz de dársela plenamente a quienes te poseen. Podías intentar derramarte un poco, desmenuzarte lo suficiente para dar esos fogonazos de felicidad a todos los demás, quizás eso haga algo más felices a tus dueños. Yo en ese utópico caso, me retiraría con gusto de escena. Tómalo como una idea, que soñar no cuesta nada.

Un deseo y un saludo de tu contraria, La Pobreza.

"Lo que puede el dinero". Paco Ibáñez en el Olimpia de París.


Dedicada con agradecimiento a mi amigo Jean-Michel, de Brive la Gaillarde (France).

Très cher Monsieur l’Argent,

Tu aimes qu’on t’appelle ainsi, non ?...Monsieur l’Argent . Si ça ne tenait qu’à moi, tu sais que je t’appellerais plutôt « argent », tout court, pour ne pas dire : pèze , flouze, ou tunes…mais je garderai les formes pour cette fois-ci. Moi, par contre, on m’appelle toujours « la Pauvreté » , comme on dirait « la Marie », « la Françoise » ou « la Jeanne » et personne n’aurait l’idée de parler de moi en disant « Madame la Pauvreté ». Cependant, dans cette lettre, tu vas me permettre de te tutoyer, d’égal à égal. C’est le privilège d’être à ton opposé. Je n’ai pas à faire preuve de politesse avec toi.

Tu sais que 80% de la population mondiale vit avec moi ? Dans la pauvreté. Malgré le fait que dans les derniers cinquante ans, le monde a plus progressé que dans toute l’histoire ; c’est curieux, l’abîme entre toi et moi s’est creusé plus que jamais. 20%, ce n’est rien…ce n’est rien et c’est tout , parce que tu contrôles tout depuis les hautes sphères. Apanage de quelques uns, alors que les autres essaient de survivre plus que de vivre, en faisant de durs efforts pour sauver cet abîme qui nous sépare.

Il est très relatif, le concept qu’on a de moi ; alors que dans un pays développé, être pauvre, par exemple, c’est ne pas manger des mets recherchés, ne pas avoir un manteau de fourrure, ou ne pas posséder de résidence secondaire, dans un pays sous-développé, la pauvreté est beaucoup plus primaire, elle fait référence à des choses aussi élémentaires que ne pas avoir de nourriture, de vêtements ou de toit, les trois principes de base pour subsister.

Par contre, le concept qu’on a de toi n’est pas du tout relatif : « Ou on en a ou on n’en a pas », comme disait la grand-mère de Cervantes.

On suppose, Argent, qu’avec toi on peut obtenir tout ce qu’on peut souhaiter au monde, cependant, on met en doute une seule chose : le fameux « Bonheur ». Moi, sincèrement, je ne crois pas beaucoup en lui, je pense qu’il ne se manifeste que par « flashes » que te donne la vie et qui t’aveuglent. Mais tu vois bien, toi, avec tout ce que tu supposes, tu n’es pas capable de le donner pleinement à ceux qui te possèdent. Tu pourrais essayer de t’éparpiller un peu, de t’émietter pour donner ces petits éclairs de bonheur à tous les autres, peut-être cela rendrait-il tes propriétaires plus heureux. Moi, dans ce cas utopique, je me retirerais de la scène avec plaisir. Prends cette idée en compte, on peut toujours rêver.

Salutations respectueuses de ton « opposée », la Pauvreté.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Formas de mondar y comer una naranja.

Es de muy buena educación mondar las naranjas en un plato con cuchillo y tenedor. Pero esto lo podemos dejar para sitios de etiqueta, porque en la vida diaria existen otras formas mucho más divertidas y gratificantes.

Por ejemplo hay quien monda su naranja dándole vueltas y más vueltas, empezando por la parte donde se unía al tallo hasta sacar una larga tira de piel. La gracia está en intentar no romperla, con un buen cuchillo y cierta destreza. Quien contempla el espectáculo puede quedar hipnotizado hasta el final, llegándose a sentir “naranja desnuda”.

Quizás, la forma más común sea haciendo de ella un mundo: cortar ambos polos, hacer rajas de arriba abajo a modo de meridianos, separar la piel con los dedos y abrir la naranja ya limpia para comerla en gajos. Hay quien le gusta de uno en uno, hay quien le gusta de dos en dos y hay quien se mete en la boca más de dos a la vez. Todo depende del hambre insaciable que se tenga, capacidad de la boca, grosor de los gajos o de lo jugosos que estos sean.

Resulta curioso cómo a la inmensa mayoría de los hombres les encanta que se la pelen. Sus parejas esperan el momento en que ellos se lo piden y con alguna que otra protesta, le conceden o no el deseo. Pero también hay mujeres que ya directamente se la pelan para goce mutuo, sin petición alguna, sin palabras, mientras él se emboba observando la habilidad de ella en sus movimientos típicos y repetitivos, mirando cómo es ella quien se llena las manos de líquido y a veces hasta la cara con alguna gota que pueda salpicar.

Por otra parte, hay muchas mujeres, que les gusta mondarse y comerse su propia naranja, pero de un modo un tanto “salvaje” porque aunque puede dar una gran satisfacción, no es recomendable hacerlo en público; más que nada por las normas básicas de buenas costumbres en la mesa. Esta forma consiste en cortar la naranja justo por la mitad y quitar con el cuchillo toda la piel de alrededor, dejando sólo los dos culos. Se empieza a comer con la boca bien abierta clavando los dientes en los gajos, mientras succionamos con los labios y apretamos con la mano por el culo. Es necesario disponerse a chupar con avaricia porque la avalancha de zumo que viene a la boca es casi imposible de tragar al mismo tiempo. No importa, no hay por qué preocuparse, es mejor dejarlo escapar por la comisura de los labios, que chorree la barbilla y corra cuello abajo. Seguro que el líquido sabrá tomar su camino natural. Mientras tanto, es ahora al hombre a quien le gusta observar cómo el zumo llega a la más o menos elevada cordillera y busca el estrecho canal de en medio, o bien rodea las montañas por ambos costados. Es un buen sitio para que él beba todo lo que parece sobrarle a la boca de ella con esa primera mitad de la naranja. Aunque si tiene algo más de paciencia, puede dejar actuar a la segunda mitad de la naranja para que el zumo llegue más abajo y entonces beberlo en la gran llanura del pequeño hueco en el centro; o más abajo aún, donde el bosque más o menos frondoso se puede volver de tierras pantanosas y arenas movedizas.


De cualquier forma, os deseo para este invierno “¡buen provecho!”, comiendo ricas naranjas.


jueves, 1 de noviembre de 2007

"Amar es combatir"

Podemos disfrutar escuchando el magnífico álbum del grupo mejicano Maná.
Ellos consideran que en el amor hay mucho de combate. ¿Hay que luchar por aquello que se ama?, ¿Hay que pelear con uno mismo cuando no se puede tener aquello que se ama?... Maná tiene mucha razón porque como en la guerra, en el amor encontramos desolación, pérdidas, fracasos, derrotas y a veces hasta conquistas y victorias.
De todas formas, yo prefiero quedarme con el lema hippy de los años sesenta: “Haz el amor y no la guerra”.


miércoles, 31 de octubre de 2007

Halloween

Los orígenes de la noche de Halloween son históricos e indiscutibles, remontándose a hace más de 2.500 años. El término “Halloween” deriva de la expresión inglesa “All Hallow’s Eve” (Víspera del Día de los Santos) y marcaba el fin del verano para los celtas - día 31 de octubre de nuestro calendario-, así como uno de los cuatro grandes aquelarres del calendario céltico, el Samhain, celebrando la llegada del invierno. En esa noche “bisagra” se tenía la creencia que los espíritus podían salir de sus tumbas y apoderarse de los vivos, pudiendo así resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas “camuflaban” las casas con huesos, calaveras con velas dentro (las actuales calabazas) y demás parafernalia para que los muertos pasaran de largo.

Entonces resulta que tenemos una fiesta de origen pagano y que su historia es anterior a la era cristiana. Cristianismo que ha luchado durante siglos, con poco éxito, por combatir la celebración de esta noche bajo esos “disfraces”. Hay una cosa muy clara, si esta fiesta pagana ha llegado a nuestros días por todos los rincones del mundo, se lo debe en gran parte a la fuerte presión comercial y de marketing que sufrimos desde el otro lado del océano. Cada año que pasa vemos cómo nos lo van “metiendo con calzador” y yo diría que ya tenemos el zapato bien metido y hasta con agujeros en las suelas. La gente ni se plantea de donde viene esta gran locura (“ni falta que nos hace” dirán ellos), lo único que les interesa es gozar el momento, disfrutar de la fiesta con todos sus componentes y hacerse pasar por otro bajo una máscara, y si ese otro asusta… tanto mejor.

A mí lo que realmente me asusta de todo esto es esas tiernas criaturas de jardín de infancia vestidos de diablos y brujas con sus caritas manchadas de sangre. ¡Si los druidas levantaran la cabeza! Ya podrían esta noche ¿no?, los auténticos druidas celtas están muertos hace siglos. ¡Mira! ¡Un buen disfraz! Disfrazarse de druida, cedo la idea con todo gusto porque yo no pienso disfrazarme, ni esta noche ni nunca.

El tendedero de fotos.

He abierto una nueva cuenta en Flickr, con el nombre de El Ratón Tintero.
Allí "colgaré" series de fotos que quisiera compartir. No serán muy artísticas porque la fotografía no es lo mío (de momento), pero todas tendrán un por qué y el principal es ese: compartir.

http://www.flickr.com/photos/16988213@N08/

Tres mangos.

Los que me conocen suelen decir que lo mío con la pintura es: “según me da”. Esta expresión tiene un sentido un tanto peyorativo, sin embargo yo creo que se ajusta a la realidad del modo más gráfico.

Los pinceles y los tubos de óleo “me dan”, “me golpean” a veces como las olas del mar que van y vienen. De cuando en cuando me dan fuerte, haciéndome sentir roca costera y de cuando en cuando me dan suave, haciéndome sentir arena lamida por agua salada. Cuando también hay veces que se alejan con marea baja, pero siempre vuelven. Le echaremos la culpa a la luna.

Quiero inaugurar esta sección de pintura con un cuadro que pinté hace unos cuatro años. Es un cuadro muy especial para mí, porque simplemente lo pinté al lado de una persona muy especial para mí. Él me enseñó muchos secretos de pintura que jamás olvidaré, no olvidaré eso y la gran amistad que nos unía. Va por ti Loren, con todo mi cariño. http://www.loherrera.com/


martes, 30 de octubre de 2007

Un tuareg en su oasis.

Foto: CosmoplitaSur


Aquel día fue tuareg, caminante eterno de sendas monótonas y paisaje monocolor, que por un instante fue infiel al duro terreno del desierto que lo acoge. Infidelidad alumbrada por un oasis que surge en el camino. Formas blancas que cortan el horizonte más desolador, coronadas de quesos de tetilla apuntando al cielo, todo medio oculto por cientos de palmeras que tan sólo crecen en la imaginación. Una locura de frescor y complacencia. Una sensación de complicidad llena el ambiente. Aunque también haya cuevas que se abren y se cierran casi con la magia de aquel “abracadabra”, dejando colar imágenes de cientos de ladrones y no cuarenta.

El oasis, isla en mitad del desierto, parecía esperar el encuentro para provocar esa diferencia placentera que ahora sólo él puede dar. Alguien que coma del fruto de sus palmeras, alguien que dibuje la sombra de sus ramas en su cuerpo desnudo como brazos fuertes que lo aprietan, manos de dedos largos como sus hojas, alguien que se bañe en sus aguas, beba de su boca y descanse en su seno, alguien que sea capaz de sentir la evocación especial de los cielos en la tierra.

En la noche se oye la voz del oasis, que cuenta la historia de una existencia quieta, historias de quienes tuvieron paso por su a través y que el caminante escucha con la curiosidad de quien procede de tierras diferentes. Mientras, a su vez, en compañía de un cielo limpio, lleno de estrellas, el tuareg cuenta como es su experiencia en el arduo desierto, se desnuda poco a poco, dejando su piel dura al aire, dejando los sentimientos en manos de aquello que lo envuelve, que lo atrapa, que no lo deja escapar. No teme nada, se deja deleitar cubriéndola en el espacio, con el goce de ambos. Encanto de noches de cuentos y deseos ocultos, mientras acaricia la tierra que lo arropa con la pretensión que la arena no se le escape entre los dedos.

La noche avanza, ya no hay aire que mueva las hojas de las imaginarias palmeras, ya no se refleja la luna en el agua, pero el peregrino no quiere dormirse, teme despertar y que todo haya sido una ilusión. Necesita gritar para despertar y saber que no lo ha sido.

No, no ha sido un sueño, pero ya dormido, tan sólo sueña con el deseo de despertar sobre sus huecos, abrazado entre los susurros del agua, con los primeros rayos de sol caliente.