Con las primeras claras del día, la amada esposa, ahora inconsolable viuda, se encontró con el charquito en la butaca de la terraza. Y gracias que había tenido puesto un bañador, con el que pudo exprimir sus restos en un tupperware.
No pudieron cumplir su deseo de cremación. Ponerlo al fuego, hasta que hirviera y se evaporara, le pareció a la familia añadir recochineo al desgraciado asunto. Así que al final decidieron verterlo en el rompeolas más cercano.
Una ola se lo había llevado y no quisieron contradecir al destino.
La ceremonia de despedida fue corta, más que nada porque los asistentes empezaron a notarse húmedos y pegajosos, optando por disolverse rápidamente hacia sus casas.
11 comentarios:
anoche casi me pasa a mi.......
pobrecillo y .... por que no le paso a ella?, al final ya sea ola de calor, ya sea torrente de invierno, siempre caemos nosotros.
Anónimo, será que a nosotras nos cuesta más dormir con el calor :-P
Mira "e", o yo misma que pensé la historia en una de esas noches mirando el ventilador del techo :-)
Aunque por acá no hemos llegado aún a semejantes extremos no he podido evitar un escalofrío húmedo al pensar en lo que se nos avecina.
Precioso relato.
Un saludo cinéfilo.
Dexter, no sé dónde está ese “acá” que dices; desde donde estoy yo casi todo es norte, aunque también ha sonado a Hemisferio Sur.
De cualquier forma, si no sufres estos calores, sin duda eres muy afortunado.
¿Sabes qué es lo que más me molesta de “la caló”?, no son las noches de insomnio, ni la pérdida del apetito, o la apatía general… lo que llevo peor es la sensación de claustrofobia, al no poder salir de casa la mayor parte del día.
Je, je,... pues sì que poseía un inesperado arranque porteño, nada premeditado.
No, aquí, casi al borde del Cantábrico la sensación de calor no es ni de lejos tal y como la describes. Por el momento.
Un saludo cinéfilo.
Entonces doblemente afortunado; maravilla de Cantábrico.
“Acá” también hay una pura maravilla: la lluvia :-P
La caló me está matando. Si no bajamos de los 37 (grados centígrados, no quiero herir susceptibilidades de los mayores).
Propongo beatificar al inventor del aire acondicionado, de los cubitos de hielo y de las cañas bien tiradas.
¡Me uno a la propuesta!
Y para celebrarlo:
¡Marchando esa caña con tapita de caracoles!
Oiiiiidooooo cocinaaaaaaa!!!
:-D
A esto se le conoce técnicamente como "dilu-irse" !)
Perplejo, eso digo yo: irse pero bien lejos y no volver hasta octubre por lo menos :-)
Publicar un comentario