lunes, 3 de diciembre de 2007

¿Amor & Sexo & Matrimonio?

La sociedad en la que vivimos intenta unir estos tres condicionantes: amor romántico, sexo placentero y matrimonio. Sin dudas, ésta es la alianza más difícil que ha inventado la raza humana a lo largo de su historia. Los dos factores que más han fluctuado son el amor, siempre considerado como muy inestable para relaciones duraderas, y el sexo, apartado a terrenos extra matrimoniales.

La cultura griega sí unía sexo y matrimonio, pero reservaba el amor romántico para las relaciones entre hombres y muchachos. En el romanticismo cortesano del siglo XII, el amor entre el hombre y la mujer estaba formalmente separado del matrimonio. No es hasta la época victoriana del siglo XIX cuando el matrimonio se basa en ideales románticos, pero por supuesto quedaba excluido el sexo. La mujer que tuviera deseos, la consideraban casi una enferma. De tal modo, el placer sexual quedaba relegado a los prostíbulos.

No tenemos que trasladarnos mucho en el tiempo hacia atrás, o en el espacio hacia el este, para hablar de los llamados matrimonios concertados. En ellos el amor y el sexo placentero simplemente no se consideran. Es el matrimonio por el matrimonio, y todo lo que conlleva de contrato cerrado, para salvaguardar linaje y propiedades. Nos pueden resultar aberrantes, pero han existido y aún existen en nuestros días.

Por todo esto, vemos que es una creencia muy reciente el intentar reunir amor romántico, pasión sexual y compromiso marital monógamo en un solo acuerdo. No digo que por esta gran dificultad, la opción sea encontrar sistemas alternativos, ni que las tres cosas tengan que estar repartidas. Pero sí que seamos conscientes de la magnitud que presenta unirlos en un solo vínculo, y hacer la proeza de ir salvando todos los obstáculos que encontramos en el camino.

El hombre ha evolucionado, y con él sus relaciones sentimentales también. Quizás, ahora que hemos conseguido unir los tres condicionantes, en el futuro nos espera eliminar el factor que ha figurado siempre: el matrimonio en sí, e inventarnos otras formas de unión. Al final daremos con la proporción correcta de la fórmula; eso espero.

3 comentarios:

Isa dijo...

Antídoto contra la pasión(que no el amor)= MATRIMONIO. Pero no pasa nada; con fantasía uno se reinventa y a la vez reinventa sensaciones. El amor es el verdadero aliado para rescatar del olvido los mejores momentos, y así seguir alimentándonos de lo que fuimos, para poder seguir diciendo que somos.

Anónimo dijo...

Interesante observación, nunca había pensado en ello… ciertamente esta "formula social" es muy nueva, ello me hace pensar que la infidelidad, el puro interés y otras costumbres no son tan fuera de tono como pensaba.

Hasta ahora solo daba cabida al instinto… y que en realidad tendemos a una cultura que no forma parte de nuestro mapa genético, en el reino animal las especies mas amenazas son las que presentan simetría… o sea aquellas que forman parejas… ahora, después de leerte quizás crea que simplemente aún no estamos acostumbrados.

inma dijo...

Quizás la religión ha hecho mucha "pupa" a las relaciones de la pareja, sobre todo a las mujeres que a alguien le interesaría que no fuésemos activas y nos colgaron el S. Benito de que no era necesario el placer. Ya toca liberarse.