sábado, 11 de octubre de 2008

No te eches canicas en un bolsillo con agujero.


Salir al patio del colegio no era gratuito. Jugar en el recreo tenía su precio. El mismo que marcaba el niño prepotente que aguardaba en la mejor esquina del patio; como los gatos.

Todos los demás se acercaban a él, y del modo más sumiso, hacían su aportación diaria de nuevas canicas. La contribución iba en directa relación a cómo te quisieras divertir y moverte por el recinto escolar. ¿Que querías sólo charlar un rato con tus amigos?... abonabas un par de canicas de un sólo color. ¿Que querías jugar y desahogarte?, pues entonces a mayor espacio utilizado, más gorda y con más colorines las canicas para el de la esquina.


Todo parecía funcionar bien, uno enriqueciéndose sin mover un dedo, y los otros pagando religiosamente su parcela de felicidad.

Pero el muy truhán, con su gran arsenal de canicas, solía ir a una plaza de un barrio lejano a jugar con ellas. Hasta que un día, el juego no fue tan bien como siempre y perdió todas las canicas de los niños del colegio; menos las suyas propias que seguían a salvo, claro está.


Al día siguiente, cuando llegó la hora del recreo, no podía estar más enfadado por haber perdido sus cuantiosas ganancias. Con gran pateleta, exigió ya no sólo que siguieran con el pago diario, sino que rebuscaran en sus ahorros y entre todos cubrieran las canicas perdidas en sus propios juegos.

Los demás niños no estaban de acuerdo. Hubo gritos de protesta y un principio de motín. Hasta que el jaleo hizo acudir al profesor de su rato de descanso. Después de ver lo que pasaba y escuchar explicaciones por ambos lados, sentenció la solución.


- A ver niños. No quiero problemas en el patio del colegio. Así que yo mismo os quitaré un par de canicas a cada uno, se las daré a este, y asunto resuelto. Y rapidito si no queréis quedaros sin recreo una buena temporada.

- ¡Pero eso es capitalizar las ganancias y socializar las pérdidas! ¡No es justo!- Gritó el gafitas empollón desde el fondo.

- ¡Tiene razón!- apoyaron los demás- si hace usted eso, al menos prométanos que algún día, cuando se recupere con sus juegos en aquella plaza, nos devolverá lo que era nuestro; y con los mismos intereses que a él le gusta tanto aplicar.

- Bueno, bueno... - dijo el profesor con falso tono conciliador- todo se andará. Pero de momento haré lo que os he dicho. Y vamos a terminar con esto, que se me enfría el café tengo echado.


11 comentarios:

El Ratón Tintero. dijo...

Hace poco escuché en la radio esto:

Botín, buen apellido para un banquero.

Juan Duque Oliva dijo...

Genial.

No se a que me recuerda.

Besos guapa y gracias por tu respuesta.

Besos

Jaime Garcigonzález dijo...

Yo no conocí esa "figura" del extorsionador de patio de colegio. Pero sí conocí jugar a "hoyito mío", cada cual con su "maña", "plantando" y apuntando para ganarle los "bolindres" -que no canicas, al menos por estos lugares- a los adversarios. Los más preciados eran los "americanos" por lo sofisticado de su colorido, pero no valían para el juego puesto que al ser de vidrio, se cascaban fácilmente; sólo se usaban como pago en la derrota.

El Ratón Tintero. dijo...

Juan: tú sí que eres genial escribiendo, y cálido, y natural, y cercano... y por eso sabes que ya tienes mi voto en el concurso de marras.

Jaime: qué curiosa palabra, "bolindres", tan cerca como estamos y no la había oído nunca.
Mira que he buscado la foto en Flickr, y poniendo "canicas" me han salido fotos de todos sitios. Esa es de Argentina.

Juan Duque Oliva dijo...

Y tu el mío.

Vaya tela que nos ilusionamos con nada.

Besos

retje_robar dijo...

Y a mi que esta historia me recuerda a algo.... La cosa es que no caigo, como tengo la cabeza llena de números por lo de la crisis ...

ErCalamar dijo...

Bueno, bueno, bueno.... mas claro agua...

Luis dijo...

Muy bonita tu analogía! Por otro lado, a mi se me ocurren algunos esloganes de solidaridad con WS:

"Ayudemos al hombre de la bolsa!"

"Patrocina un Goridto de Wall Street, haciendo clic aquí".

"La solidaridad no espera nada a cambio, ayudemos a los desvalidos especuladores".

(por cierto, un honor que utilices mi foto).

El Ratón Tintero. dijo...

Juan: ¿qué haríamos sin las ilusiones? Y no me llames ilusa porque tenga una ilusión ;-)

Retje: yo es que lo de los números lo llevo mal, soy de letras puras :-P

Jose: y tanto que es agua, lo más parecido a un tsunami.

Luís: gracias de nuevo por la foto y muy buenos tus eslóganes, sobre todo el del “hombre de la bolsa”, aunque aquí lo llamamos desde pequeñitos “el tío del saco”.
Ya te explicaré la historia de ese tío, por si no lo conocéis en Argentina.

Juan Duque Oliva dijo...

Ya te he puesto el granito de arena pero vamos porque te lo mereces.

Besos

El Ratón Tintero. dijo...

Gracias Juan, al parecer al final me voy a quedar con tu granito sólo, pero me sabe a toda una montaña :-)
El mío ya te lo di, y también te he hecho campaña electoral para que tuvieras alguno más ;-)