lunes, 11 de mayo de 2009

Caperucita Rosa.



Caperucita Rosa era, si te digo, más ingenua aún que la Roja.
Debía contribuir a tamaña candidez el color de las gafas que usaba, a juego con la caperuza; ella siempre tan conjuntadita.
Caro le costó, porque no tropezó con un lobo, sino con toda la fauna de lobeznos del bosque, juntos y por turno.

Alguno con los ojos muy grandes, para hipnotizarla y engañarla mejor.
Algún otro con las manos muy grandes, para aferrarla en contra de su voluntad.
Otros con las orejas muy grandes, sin ninguna utilidad porque nunca la escucharon.
Y más de dos con las bocas muy grandes, para embaucarla mejor a base de empalagosas parrafadas.

Ella a cambio les extrajo los colmillos a todos ellos; que por algo su mamá la obligó a hacerse dentista.

5 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Jajaja, menuda caperucita, de armas tomar, es que le pasó como a Jeanette: "la vida la hizo así"

Besos

El Ratón Tintero. dijo...

Juan, su papá también la aleccionaba cada noche, leyéndole antes de dormirse el cuento de La Roja :-D

(!) hombre perplejo dijo...

jaja... Empiezo a ver cierta influencia "ALiena" en muchos de nosotros... Habla con Mattel, a ver si, ahora que están de celebración, se animan a fabricar la Barbie Caperucita (rosa, como no podía ser de otra manera) (!)

El Ratón Tintero. dijo...

Perplejo, ya se sabe que “de lo que se come se cría”, y yo últimamente he consumido a diario de ese Alimento ;-)

Alberto Ramos dijo...

Jajaja. :-D