viernes, 15 de mayo de 2009

La Filematología.


Al principio pensé que trataba algo de los sellos de correos pero, aunque también se estampan y la saliva suele acompañarlos, no tiene nada que ver. Resulta que esta ciencia se encarga del estudio de los besos, y además en toda regla.

Gran cantidad de médicos, psicólogos, sociólogos y antropólogos por todas las universidades, alrededor del mundo, emplean años de trabajo y estudio en averiguar más sobre ellos.

Porque no es cualquier cosa. Ese acto amoroso, que el 90% de las culturas del mundo siempre estamos dispuestos a realizar y a recibir, tiene tantos beneficios que casi debería ser de prescripción facultativa.
Si hablamos de pura química, la lista de hormonas desencadenadas resulta de lo más lujuriosa:
Oxitocina, “sustancia del amor”.
Dopamina, “productora del bienestar”.
Serotonina, “hormona del humor”.
Adrenalina, “gran renovadora de oxígeno”.
Y si además se reduce la producción de Cortisol, conocida como “hormona del estrés”. ¿Qué más se puede pedir?

Es muy interesante la distinción que hacen esos estudios, entre el hombre y la mujer, a la hora de besar.
Los hombres pueden tener perfectamente una relación sexual sin que medie beso alguno, pero si besan, lo usan como un potente detector, ya que con el nivel de pasión detectan las posibilidades de llegar a más. Pero no sólo eso, usan su lengua (licenciada en ciencias químicas, por lo menos), que al parecer contiene testosterona, para medir los niveles de estrógenos de la mujer, haciéndose así una idea aproximada del grado de fertilidad de su pareja. Y juro que no es broma.

Pero las mujeres no somos menos, y utilizamos el beso para verificar el sistema autoinmune de él, y averiguar si están ante un buen posible padre para sus hijos. Y sigo sin bromear.

De cualquier forma, tanto ellos como ellas (y ellos con ellos, y ellas con ellas, supongo; porque aquí nadie dice nada) en su inmensa mayoría tienen cosas en común, como que al besar inclinan la cabeza hacia la derecha, poniendo en marcha 29 músculos, para quemar digamos unas 15 calorías con un beso de 10 segundos. Ahí es nada.
Si a eso añadimos que al menos son necesarios 7 besos diarios para un buen equilibrio de cuerpo y mente, yo multiplicaría esa cifra por mucho más; sobre todo para quedarse hecha una sílfides en estas fechas de cara al verano. Y ahora sí que bromeo.



Emblemática foto de Robert Doisneau.
(Gentilly
, cerca de París, 14 abril 1912 )

4 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Cuando venga quien yo me se que se vaya preparando por lo pronto un beso para ti

Muac

El Ratón Tintero. dijo...

Pues ya sabes Juan, al menos son 7 al día… así que al ataquerrrrrrrr ;-)

Dos muacs :-D

retje_robar dijo...

Que no, que no, que yo soy licenciado en químicas y no me enteró de nada. Yo creo que mi lengua se saltó la mitad de las clases, seguro.

El Ratón Tintero. dijo...

Retjecito, a lo mejor tenías que haberte licenciado en lenguas, para entender el idioma de la tuya :-P