miércoles, 24 de septiembre de 2008

Los paralenguajes.


Siempre he estado interesada en el lenguaje, me gusta una buena charla, aprender otros idiomas, no dejar de estudiar el propio… pero será por el trabajo de observación que requiere, que el llamado lenguaje kinésico –o del cuerpo-, es que me apasiona.

Nuestro cuerpo habla a voces, alto y claro, y ya no digo con los gestos de la cara, tan evidentes, hablo de: manos, hombros, piernas, cabeza... Y los mejores para definir a alguien son los que se hacen de forma inconsciente.


De eso saben muy bien los chavales que tienen que pasar duras cribas psicológicas para entrar en los cuerpos de seguridad del estado. Y los psicólogos que tienen en frente, no digamos. Lógico, poder y un arma no se le deben dar a cualquiera.


Recuerdo también que tenía una compañera en la carrera -muy brillante por cierto-, que siguió estudiando y se licenció en psicología. Ella cuando conocía un chico lo hacía pasar por lo que llamaba “La prueba del café”; sin él saberlo, claro.

Antes de nada lo citaba en una cafetería y estudiaba minuciosamente cada uno de sus gestos: cómo llamaba y hablaba el camarero, cómo echaba el azúcar y movía el café, la forma de beberlo, si había algo de comer por medio era mejor, su postura en la silla, el movimiento de sus manos al hablar… Era realmente una experta en el tema, además dominaba la técnica hasta el punto de no perder la sonrisa, ni el hilo de la conversación mientras tanto.

Lástima que siga solterita una chica con tantas capacidades. “Si es que no se puede ser tan “tiquismiquis” Mari Puri, que habría que ver cómo te tomabas tú el café” (bueno, sí lo sé, pero mejor no lo digo).


Son casos extremos, y no quiero diluir lo interesante del tema. Hagamos un ejercicio práctico para ilustrar mejor todo esto.

Estamos en la consulta de un médico, muy buen sitio para realizar un test kinésico. Vamos a observar a las personas que aguardan en la sala de espera:


- Una chica bastante delgada hojea una revista pasando las hojas muy rápido, al tiempo que sigue con el pié el pedal imaginario de una máquina de coser de las de antes.

- Un señor muy trajeado tiene la mirada perdida y está muy quieto, a excepción de sus manos apoyadas en su regazo. Tiene los dedos cruzados, menos los dos pulgares con los que hace círculos al aire.

- Una mujer de mediana edad, sentada en el filo de la silla está encorvada sobre su móvil, que no deja de toquetear; el cual parece dominar como la mejor de las quinceañeras.

- Hay dos chicos más: uno de ellos está como hundido en el sillón, sus piernas tienen un doble cruce, y sus brazos también los tiene cruzados en el pecho. En cambio el otro tiene cruzada una pierna en la otra, con el tobillo encima de la rodilla, y con sus manos no para de colocarse bien la campana del pantalón.


Bueno, puede haber muchos más ejemplos, este lenguaje es muy rico. Pero seguro que sólo con esos ya habéis ido sacando alguna idea y posible conclusión. Es cuestión de “menos hablar y más observar”, para escuchar los cuerpos ajenos, que tienen mucho que decirnos. Así que abre los ojos y escucha a través de ellos.


10 comentarios:

Jaime Garcigonzález dijo...

Un tío con cara de haberse fumado un porro se levanta, se ríe al ver a los demás, se va para la enfermera y le dice:"¿tardan mucho en llamarme?Es que si no,salgo y me fumo otro petardo.Por cierto,¿que haces cuando termines aquí?.

Juan Duque Oliva dijo...

No me extraña que te inviten a salir estas impresionante en la foto.

A tu amiga dile que menos analizar y al toro.

Besos

El Ratón Tintero. dijo...

Juan: he estado a punto de escribirte un correo porque no entendía tu comentario :-D
Hasta que me he dado cuenta que el confundido eras tú... Jaime seguía hablando con la enfermera esa que se ha inventado :-)))
Bueno, pero de todas formas se agradece el cumplido ;-)

Juan Duque Oliva dijo...

Tienes razón , me he inventado un punto y aparte y un espacio.

Pero después de ver la foto, el paralenguaje visual me ha llevado a ello.

BEsos

El Ratón Tintero. dijo...

Eso es el color amarillo, que es muy excitante ;-)
Un beso, Juan.

retje_robar dijo...

Veo que somos muchos los que nos dedicamos a mirar alrededor. La verdad que siempre se ven cosas muy muy curiosas.
También veo que abandonas e azul veraniego por la calidez del amarillo otoñal. Digo amarillo porque lo has dicho tu, yo hubiera dicho naranja, pero ya sabes, los hombres solo distinguimos 8 colores, para nosotros el fucsia es rosa, así de simple. ;->

El Ratón Tintero. dijo...

Sí Retje, he dejado (de momento) ese azul que te imité ;-) por estos tonos más cálidos otoñales.
Aunque también es cuestión de matices, es como aquello de... "según el cristal con que lo mires", pero en plan pantalla de ordenata :-P

Anónimo dijo...

Ya me conoces, yo soy de los callados y observadores por naturaleza. Así que casi me considero doctorado en paralenguajes corporales y a veces es sorprendete cómo la expresión corporal desmiente lo que algunas personas dicen.

(En la nueva foto estás muy guapa pero lo que estás paran-contando, mejor me lo guardo...)

P.S. Qué pena que la velá se vaya a pasar por agua.

El Ratón Tintero. dijo...

¡Uy qué intriga!!! No te guardes tanto Cosmo.
Tienes que usar el lenguaje escrito, aunque sea con un correito, y me explicas mejor eso :-D

PD: he estado de viaje ;-) también pasada por agua, pero lejos.

ErCalamar dijo...

JAJAJAJA..... creía que el que se había fumado un par de petardos era yo al leer los primeros comentarios,.....jajajajajajaja...

Sabes, cuando trabajaba en una empresa de servicios (indra, coritel, andersen consulting…. de esas) nos daban cursos de negociación, fliparias, en el temario tratábamos este lenguaje, tanto para intuir al contrario como para controlar el propio…. Fliparias del cursito….jajajajajaja