viernes, 2 de noviembre de 2007

Formas de mondar y comer una naranja.

Es de muy buena educación mondar las naranjas en un plato con cuchillo y tenedor. Pero esto lo podemos dejar para sitios de etiqueta, porque en la vida diaria existen otras formas mucho más divertidas y gratificantes.

Por ejemplo hay quien monda su naranja dándole vueltas y más vueltas, empezando por la parte donde se unía al tallo hasta sacar una larga tira de piel. La gracia está en intentar no romperla, con un buen cuchillo y cierta destreza. Quien contempla el espectáculo puede quedar hipnotizado hasta el final, llegándose a sentir “naranja desnuda”.

Quizás, la forma más común sea haciendo de ella un mundo: cortar ambos polos, hacer rajas de arriba abajo a modo de meridianos, separar la piel con los dedos y abrir la naranja ya limpia para comerla en gajos. Hay quien le gusta de uno en uno, hay quien le gusta de dos en dos y hay quien se mete en la boca más de dos a la vez. Todo depende del hambre insaciable que se tenga, capacidad de la boca, grosor de los gajos o de lo jugosos que estos sean.

Resulta curioso cómo a la inmensa mayoría de los hombres les encanta que se la pelen. Sus parejas esperan el momento en que ellos se lo piden y con alguna que otra protesta, le conceden o no el deseo. Pero también hay mujeres que ya directamente se la pelan para goce mutuo, sin petición alguna, sin palabras, mientras él se emboba observando la habilidad de ella en sus movimientos típicos y repetitivos, mirando cómo es ella quien se llena las manos de líquido y a veces hasta la cara con alguna gota que pueda salpicar.

Por otra parte, hay muchas mujeres, que les gusta mondarse y comerse su propia naranja, pero de un modo un tanto “salvaje” porque aunque puede dar una gran satisfacción, no es recomendable hacerlo en público; más que nada por las normas básicas de buenas costumbres en la mesa. Esta forma consiste en cortar la naranja justo por la mitad y quitar con el cuchillo toda la piel de alrededor, dejando sólo los dos culos. Se empieza a comer con la boca bien abierta clavando los dientes en los gajos, mientras succionamos con los labios y apretamos con la mano por el culo. Es necesario disponerse a chupar con avaricia porque la avalancha de zumo que viene a la boca es casi imposible de tragar al mismo tiempo. No importa, no hay por qué preocuparse, es mejor dejarlo escapar por la comisura de los labios, que chorree la barbilla y corra cuello abajo. Seguro que el líquido sabrá tomar su camino natural. Mientras tanto, es ahora al hombre a quien le gusta observar cómo el zumo llega a la más o menos elevada cordillera y busca el estrecho canal de en medio, o bien rodea las montañas por ambos costados. Es un buen sitio para que él beba todo lo que parece sobrarle a la boca de ella con esa primera mitad de la naranja. Aunque si tiene algo más de paciencia, puede dejar actuar a la segunda mitad de la naranja para que el zumo llegue más abajo y entonces beberlo en la gran llanura del pequeño hueco en el centro; o más abajo aún, donde el bosque más o menos frondoso se puede volver de tierras pantanosas y arenas movedizas.


De cualquier forma, os deseo para este invierno “¡buen provecho!”, comiendo ricas naranjas.


5 comentarios:

Cientounero dijo...

¿Sería indiscreción preguntarte cuando vas a pelar una naranja?

Un saludo

El Ratón Tintero. dijo...

Tú nunca pecas de indiscreto "cientounero", tal vez de simpático curioso. Ah... y la próxima supongo que será mañana después de almorzar porque yo no creo en eso que la fruta engorda después de comer, ¿está de acuerdo Sr. Doctor?

Gabriel dijo...

Tras degustar su manual en el privado entorno familiar con mi pareja,
¿Sería conveniente, quizá algo atrevido, pelarlas en grupo?
¿Procedería la dinámica por azar?¿Quizá, al principio, sólo los conocidos?
Mi comunidad de propietarios, naranjas en mano, espera la respuesta para celebrar la reunión.

El Ratón Tintero. dijo...

gfrancisco, ya que tienes tanta gente más que dispuesta… deberías reunir a tus vecinos con tus conocidos, hacer una colecta para comprar un camión de naranjas pochas y organizar una “Naranjina”. Esas catarsis colectivas parece que liberan mucho estrés, con resultados también muy gratificantes… si al final todo es siempre lo mismo.

Anónimo dijo...

A mi lo que me gusta es hacer zumo de naranja y echarmelo por la cabeza....Un saludo a todos :) Felices fiestas !