miércoles, 13 de febrero de 2008

Haiku.

En esta sociedad de prisas, donde nos movemos a un ritmo tan acelerado, todas las necesidades, obligaciones y diversiones se han resumido en una frase: “Por favor, sea breve”. Lo siento, pero no hay tiempo para más.

Así, esta moda de brevedad ha llegado también a la poesía, pero esta vez la hemos pedido prestada a oriente. Y con oriente ya se sabe, en realidad estamos hablando de algo milenario, ligado a corrientes tan ancestrales como: Taoísmo, Confusionismo, Budismo o Zen. Aunque ya se enamoraron de los haikus autores como Borges o Benedetti.

El haiku está compuesto por 17 sílabas, dispuestas en 3 versos de 5-7-5, sin título, sin rima, sin signos de puntuación y sin mayúsculas, donde predominan los sustantivos. Los temas están siempre ligados a la naturaleza, como motor que ha inspirado al poeta. Pero la característica fundamental es su sencillez, su sutileza, y sobre todo lo esencial. La esencia, buen argumento para discutir, es como el huevo y la gallina. ¿La esencia es de donde parte todo? o ¿hay que pasar antes por el todo para llegar a la esencia?

manos al viento

agua salada rueda

quiero que vuelvas

L.R.C.

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