Edmond Burke, tenía muchas dudas sobre su existencia, y más dudas aún sobre su futuro, cuando un día decidió visitar una pitonisa. “Si las cosas están predestinadas, no pueden dejar de manifestarse. El secreto está en poder ver las señales a tiempo”.
¿Fue la lámpara rota, de más de doscientos veinte dólares, la señal que esperaba? Al menos cuando su mujer lo mandó por tabaco, él fue sincero y se lo dijo en ese preciso instante.
Edmond en esos momentos no podía imaginar la noche que iba a vivir. La fauna neoyorquina nocturna puede devorarte cuando caminas sin rumbo fijo.
Al fin parece que has encontrado la paz, el sentido a todo, aunque sea entre las cuatro paredes de tu celda, con la única compañía de tu oscura sombra sodomita.
“Tú no puedes controlar lo que haces con tu vida. Hay un destino que determina nuestras vidas, que moldea cómo somos. Y esa es la verdad. ¿Crees que existe el infierno?, ¿Crees que estamos en él?, ¿Crees que vamos a alguna parte cuando morimos? A lo mejor es el cielo. Me gustaría pensar que sí. Buenas noches”.
Buenas noches Edmond Burke.
2 comentarios:
Quizás no se entienda este post. Me lo ha inspirado una obra de teatro que fui a ver el otro día.
"Edmond" es un drama que se desarrolla en la noche neoyorquina, con todas sus consecuencias lógicas.
Existe una película, pero me han dicho que no es buena. La obra sin embargo, es de las mejores del teatro contemporáneo. Recomendada.
Ratona, la foto es muy ilustrativa de lo que puede llegar a convertirse una persona deseperada.
¡Qué verdad más cierta la que nos mueve a buscarnos a nosotros mismos? Soy de tu opinión relativo a la obra: "magnífica".
Todos buscamos un camino y la mayoría de las veces morimos sin encontrarlo.
Publicar un comentario